La aventura en la cascada de las tortugas
Había una vez, en el tranquilo bosque de Villa Tortuga, una adorable familia de tortugas compuesta por Mamá Tortuga, Papá Tortuga y sus tres pequeños hijos: Tito, Tina y Tomás.
Vivían felices en su hogar acogedor debajo de un gran árbol. Una mañana soleada, mientras todos desayunaban juntos sopa de lechuga con zanahorias ralladas (el plato favorito de la familia), Mamá Tortuga propuso algo emocionante.
"¿Qué les parece si hoy hacemos una caminata hasta la cascada? Será un hermoso paseo en familia", dijo con entusiasmo. Los tres pequeños tortuguitas saltaron de alegría y asintieron emocionados. Rápidamente se prepararon y partieron hacia la cascada.
En el camino, disfrutaron del paisaje, cantaron canciones y contaron chistes que los hicieron reír a carcajadas. Al llegar a la cascada, quedaron maravillados por su belleza. El agua caía con fuerza creando un arcoíris brillante que iluminaba todo a su alrededor.
Se instalaron cerca del agua para descansar y disfrutar del momento juntos. "¡Qué lindo es estar todos juntos como familia!", exclamó Papá Tortuga con cariño mientras abrazaba a Mamá Tortuga. "Sí, ¡somos una familia muy especial! Siempre nos cuidamos y apoyamos unos a otros", agregó Mamá Tortuga sonriendo.
Mientras tanto, los pequeños Tito, Tina y Tomás jugaban felices en el agua cristalina de la cascada. De repente, Tomás resbaló en una roca mojada y estuvo a punto de caer al agua profunda. Todos gritaron alarmados.
Papá Tortuga actuó rápidamente y extendió su caparazón para atrapar a Tomás antes de que cayera al agua. Todos respiraron aliviados cuando vieron que estaba a salvo. "¡Gracias papá por salvarme!", dijo Tomás entre sollozos.
"¡De nada hijo! En esta familia siempre estaremos ahí unos para otros, cuidándonos y protegiéndonos", respondió Papá Tortuga con ternura. Después del susto, continuaron disfrutando del día juntos en la cascada. Jugaron, se rieron y compartieron momentos inolvidables como familia unida.
Al atardecer regresaron a su hogar en Villa Tortuga con los corazones llenos de amor y gratitud por tenerse los unos a los otros.
Se acurrucaron juntos bajo el árbol familiar y supieron que no importaba qué desafíos enfrentaran en el futuro porque siempre tendrían el amor incondicional de su querida familia tortuga.
FIN.