La Aventura en la Ciudad de Trofa
Era un caluroso día de verano en la ciudad de Trofa. Cuatro primos, Lucas, Sofía, Mateo y Valentina, se reunieron en la casa de su abuela, listos para una emocionante aventura. La abuela, con su sabiduría habitual, les dio un mapa antiguo que había encontrado en el desván.
"¡Miren esto!", exclamó Mateo. "Seguro que hay un tesoro escondido en algún lugar de la ciudad!"
"¡Vamos a buscarlo!", gritó Sofía emocionada.
"Pero, ¿qué significa esta nota?", preguntó Valentina, señalando un mensaje en el mapa que decía: 'Solo quienes sean verdaderos amigos hallarán el camino'."
"Quizás sea una pista sobre cómo encontrar el tesoro", sugirió Lucas.
Y así, decidieron adentrarse en la ciudad, emocionados por lo que podrían descubrir. Mientras caminaban, se encontraron con un hermoso parque. Su primer destino fue el lago, donde había barquitos de remo.
"¡Vamos a remar!", propuso Lucas.
"¡Sí! Pero deberíamos hacerlo todos juntos para no caer al agua", agregó Valentina riendo.
Así que, todos subieron al barco, remando al unísono. De repente, la barca comenzó a girar en círculos.
"¡Esto es un desastre!", gritó Sofía, mientras todos reían.
Después de reír y hacer varios intentos fallidos, lograron aprender a remar en equipo.
"¡Lo logramos!", celebró Mateo al llegar a la orilla.
Continuaron su camino hacia el centro de la ciudad, donde encontraron un mercado lleno de coloridos puestos.
"Necesitamos comida para continuar nuestra aventura", dijo Valentina con hambre.
"Miren, hay un puesto de frutas!", gritó Sofía.
Se acercaron y compraron una bolsa de fresas. Mientras compartían las frutas, recordaron la nota del mapa.
"¿Cómo sabemos que somos verdaderos amigos?", preguntó Lucas.
"¡Ayudándonos unos a otros!", respondió Valentina.
Decidieron hacer un pacto de amistad. Afirmaron que, sin importar lo que sucediera, se apoyarían mutuamente.
Después de llenarse de energía, decidieron seguir su búsqueda. La siguiente parada era un misterioso bosque al borde de la ciudad.
"¿Están listos para entrar? ”, preguntó Mateo un poco temeroso.
"¡Sí! Solo necesitamos recordar que somos un equipo", dijo Sofía.
Al ingresar al bosque, escucharon ruidos extraños. De repente, un ciervo apareció frente a ellos.
"¡Miralo! ¡Qué lindo!", exclamó Valentina.
Pero el ciervo se asustó y corrió, llevándolos a un sendero secreto.
"¡Sigámoslo!", sugirió Lucas.
Siguieron al ciervo que los llevó a un claro deslumbrante lleno de flores y un hermoso arco iris.
"Este lugar es mágico", dijo Mateo con asombro.
De repente, notaron algo brillando en el suelo. Se acercaron y vieron un cofre antiguo.
"¡Es el tesoro!", gritaron todos emocionados.
Al abrirlo, encontraron no oro ni joyas, sino cartas que hablaban sobre la amistad y la unión.
"¿Pero por qué no hay tesoro?", se preguntó Sofía.
"Quizás este es el verdadero tesoro", dijo Valentina. "Aprender a ser amigos y trabajar juntos para lograr algo", completó.
"Tienes razón", dijo Lucas. "Hemos vivido una gran aventura juntos y eso es lo que importa."
Los primos entendieron que la amistad, el apoyo y la diversión eran el mejor tesoro que podían encontrar. Juntos volvieron a casa, riendo y compartiendo historias de su increíble jornada, reforzando su vínculo para la vida.
FIN.