La Aventura en la Dimensión Canina


Martín estaba acostado en su cama, asustado por la pesadilla que acababa de tener. Había soñado con perros gigantes y aterradores que lo perseguían sin descanso. Pero cuando abrió los ojos, algo extraño estaba sucediendo.

De repente, un portal se abrió en la pared de su habitación y por él entró un niño desconocido. Tenía el pelo oscuro y rizado y llevaba puesto un collar extraño alrededor del cuello. "¡Hola!", dijo el niño desconocido.

"Soy Tomás. Vengo del futuro para salvarte de los perros de Tindalos". Martín no podía creer lo que estaba viendo.

¿Cómo era posible viajar en el tiempo? ¿Y quiénes eran esos perros tan peligrosos? Tomás respondió a las preguntas mudas de Martín: "Los perros de Tindalos son criaturas mágicas muy peligrosas que viven en otra dimensión. A veces logran escapar a través de portales como este y persiguen a personas inocentes como tú".

Entonces, Tomás le mostró su propio collar mágico y explicó cómo funcionaba: "Este collar nos permite viajar en el tiempo para evitar cualquier peligro o problema". Martín se emocionó ante la idea de viajar por el tiempo, pero también tenía miedo.

¿Qué pasaría si algo saliera mal? ¿Y cómo regresaría a casa después? Tomás notó la preocupación en los ojos de Martín y le aseguró: "No te preocupes, yo estaré contigo todo el tiempo.

Y cuando llegue el momento adecuado, te llevaré de vuelta a tu habitación". Martín decidió confiar en Tomás y juntos se pusieron los collares mágicos. De repente, un humo salió de la esquina de la habitación y una cabeza flotante apareció ante ellos. "¡Cuidado!", advirtió Tomás.

"Esa es la cabeza del hechicero malvado que creó los perros de Tindalos. Debemos evitarlo a toda costa". Los dos niños corrieron por el portal y se encontraron en un paisaje extraño lleno de luces brillantes y sonidos extraños.

A medida que avanzaban, Martín comenzó a sentirse más seguro con su nuevo amigo. Finalmente, llegaron al momento adecuado para regresar a casa.

Tomás activó sus collares y ambos viajaron por el tiempo hasta llegar a la habitación de Martín. Martín estaba feliz de estar a salvo en su propia cama otra vez.

Y aunque nunca volvería a olvidar esa aventura increíble, también sabía que había aprendido una lección importante: siempre habrán amigos dispuestos a ayudarnos cuando lo necesitemos, incluso si vienen del futuro o usan collares mágicos.

Dirección del Cuentito copiada!
1