La Aventura en la Escuela



Era una tarde tranquila en la escuela, el sol brillaba y los pájaros cantaban. Frank y Heydi se habían encontrado en el patio durante el recreo y estaban hablando sobre su plan para el proyecto escolar.

"¿Y si hacemos una presentación sobre los animales del zoológico?" propuso Frank, entusiasmado.

"¡Me encanta la idea! Podríamos hacer un mural con dibujos de todos los animales que veamos", respondió Heydi, imaginando el resultado final.

De repente, un estruendo rompió la calma. Todos miraron hacia arriba y vieron a un chico, Lucas, saltando del segundo piso. Pero no era un salto normal, algo extraño ocurría, porque Lucas estaba… ¡mordiendo a los demás!

Los gritos de asombro y sorpresa llenaron el aire. Frank y Heydi se miraron aterrorizados.

"¡Tenemos que escondernos!" dijo Frank, tratando de mantener la calma.

"¿Dónde?" preguntó Heydi, angustiada.

"¡En el aula de arte!" respondió Frank, señalando hacia el pasillo.

Sin pensarlo dos veces, ambos corrieron hacia el aula, donde encontraron algunas galletitas y jugo que habían dejado los profesores para un proyecto de manualidades. Se escondieron detrás de una mesa, con el corazón latiendo fuertemente.

- “Esperemos aquí hasta que todo se calme”, sugirió Heydi, abriendo una galletita.

Mientras tanto, en el aula de al lado, sus compañeros seguían con la tutora, la señora Gómez, quien intentaba mantener la calma.

- “¡Chicos, por favor, mantengan la calma! No hay que hacer ruidos, ¡está bien? ” dijo con voz firme. Pero en el fondo, ella también estaba asustada.

Decididos a ayudar a sus compañeros, Frank y Heydi se den cuenta que no podían quedarse escondidos para siempre.

"¿Y si hacemos algo?", sugirió Frank mientras masticaba su galletita.

- “Podríamos distraerlo tirando algo hacia donde está él”, propuso Heydi, siempre buscando la manera de resolver problemas.

Frank asintió. En la mesa había materiales de arte como papeles de colores.

- “¡Podemos hacer una lluvia de papel! ”, exclamó Frank.

Ambos comenzaron a arrugar todos los papeles y los lanzaron al pasillo. El ruido atrajo la atención de Lucas, quien dejó de morder a los demás y se giró hacia el ruido.

- “¡Allí hay alguien! ”, gritó uno de sus compañeros desde el aula.

- “¡No se acerquen! ... ¡Pero necesitamos ayuda! ”, respondió Frank, con voz potente.

Lucas comenzó a correr hacia ellos, pero entonces Heydi tuvo una idea brillante.

- “¡Frank, ahora! ¡Lanza más papeles! ”

Frank cuenta las hojas de colores en la mano y nuevamente, hicieron una fuerte lluvia de papel, cubriendo el pasillo. Lucas tropezó con los papeles y cayó al suelo.

- “¡Rápido, salgamos a ayudar a los compañeros! ” dijo Frank mientras abría la puerta del aula y se asomaba.

Con la distracción del papel, Frank y Heydi corrieron hacia el aula de al lado.

- “¡Chicos, estamos aquí! Todo está bien, Lucas se cayó”, chilló Heydi.

Los compañeros estaban muy aliviados, pero todavía un poco aterrados. La señora Gómez los miraba con ojos brillantes.

- “¿Qué hicieron, chicos? ”, les preguntó sorprendida.

- “Pudimos distractar a Lucas y ahora lo tenemos controlado. Vamos a ayudarlo”, respondió Frank.

Con un poco de cuidado y después de hacer que Lucas se calmara, rápidamente se dieron cuenta de que en realidad no había motivo para el pánico. Lucas solo había actuado de manera divertida, como un juego improvisado. Desde entonces, todos aprendieron una lección importante sobre cómo comunicarse bien y no dejarse llevar por el miedo.

Esa tarde, los chicos resolvieron un problema inesperado con valentía y creatividad. La escuela no solo se volvió un lugar más seguro, sino que también aprendieron la importancia de mantenerse unidos y ayudar a los demás.

FIN.

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