La aventura en la escuela encantada



En un pequeño pueblo de Argentina, diez valientes niños de sexto grado, Mateo, Juan, Patricio, Ema, Lara, Damaris, Nico, Justin, Nallara y Génesis, se animaron a entrar a la escuela en medio de la noche.

Todo comenzó cuando empezaron a escuchar extraños ruidos que provenían del interior del edificio. A pesar del miedo, decidieron entrar para descubrir qué estaba sucediendo. Apenas cruzaron la puerta, las voces se hicieron más fuertes, pero en lugar de asustarse, los niños se mantuvieron unidos.

Llevaban linternas y se dieron fuerzas mutuamente. "Tengo miedo", susurró Ema. "Yo también, pero estamos juntos y no nos va a pasar nada", respondió Juan.

Avanzaron por los pasillos, sorprendidos al ver cómo los objetos de la escuela cobraban vida, se movían y emitían sonidos. Las tizas dibujaban figuras en el pizarrón, las sillas se deslizaban sin que nadie las tocara y los libros volaban por los aires. De repente, una voz misteriosa resonó en el pasillo.

"¡Deténganse, niños intrépidos!", dijo la voz. Los amigos se abrazaron con fuerza y decidieron seguir adelante, determinados a descubrir quién estaba hablando. Recorrieron la escuela, enfrentando desafíos y misterios, hasta que llegaron al salón de actos.

Allí encontraron a la directora de la escuela, quien les explicó que la escuela estaba encantada por el espíritu de una maestra que amaba enseñar. Esa maestra había dejado un mensaje en una caja fuerte sobre la importancia del trabajo en equipo, la amistad y la valentía.

Los niños aprendieron que, juntos, podían superar cualquier desafío y resolver cualquier misterio. De regreso a sus casas, llevaron consigo lecciones de coraje y compañerismo.

Y cada vez que se sentían asustados, recordaban aquella noche en la escuela encantada y sabían que juntos podían enfrentar cualquier cosa.

FIN.

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