La aventura en la montaña


Un día, Delfina y Emilia se despertaron muy temprano y le pidieron permiso a su papá para ir de campamento a la montaña.

Omar, su papá, les dijo que sí pero que tenían que llevar mucha comida porque él comía como un oso. Las niñas estaban muy emocionadas por el campamento y empezaron a preparar todo lo necesario. Empacaron sus mochilas con ropa abrigada, sacos de dormir y una tienda de campaña.

Después fueron al supermercado a comprar la comida para el viaje. "Mira Emi, tenemos que llevar muchas cosas para papá", dijo Delfina mientras ponía en el carrito paquetes de salchichas, pan, queso y frutas.

"Sí, también tenemos que llevar algo rico para nosotras", respondió Emilia sonriendo. Cuando llegaron a la montaña encontraron un lugar perfecto para acampar cerca del río. Las niñas armaron rápidamente la tienda mientras Nala jugaba con las ramitas del bosque.

Después de instalarse comenzaron hacer una fogata para cocinar la cena. Mientras tanto Nala correteaba por ahí buscando palitos para jugar. "Chicas no olviden traer los ingredientes", recordó Omar desde su silla plegable donde estaba sentado contemplando el paisaje natural.

Delfina y Emilia se pusieron manos a la obra cortando las verduras mientras Papá Omar preparaba unas brochetas con carne sazonada. Todos ayudaban en algo hasta Nala llevaba los palitos más grandes posibles arrastrándolos por el suelo.

Finalmente todos se sentaron alrededor del fuego y disfrutaron de una cena deliciosa. Omar agradeció a sus hijas por haber pensado en todo lo necesario para el viaje. "Ustedes son muy responsables, saben cómo planear un campamento", les dijo orgulloso.

Las niñas se sintieron muy felices y satisfechas con la experiencia. Aprendieron que con organización y trabajo en equipo se pueden lograr grandes cosas. Después de cenar, todos se metieron en los sacos de dormir abrazados para mantenerse calientes durante la noche fría.

Nala roncaba plácidamente entre ellos mientras soñaba con más aventuras juntos. Al día siguiente, después de desayunar, empacaron todo y volvieron a casa. Las niñas estaban cansadas pero contentas por haber tenido un campamento inolvidable con su papá y Nala.

Desde ese día, Delfina y Emilia aprendieron que la organización es clave para cualquier actividad que quieran hacer en su vida. Y sobre todo que las aventuras son mejores cuando se comparten con aquellos que quieres y amas.

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