La Aventura en la Selva Maya



Ema y Lola eran dos amigas aventureras que habían decidido explorar la selva más peligrosa del mundo. Sabían que sería una experiencia emocionante, pero también muy desafiante. - ¿Estás lista, Lola? -preguntó Ema mientras ajustaba su mochila.

- Sí, estoy lista -respondió Lola con entusiasmo-. ¡Vamos a descubrir cosas increíbles! Las chicas se adentraron en la selva, cortando ramas y esquivando insectos gigantes.

A medida que avanzaban, se encontraron con pirámides mayas cubiertas de enredaderas y misteriosos jeroglíficos tallados en las rocas. - ¡Mira esto! -exclamó Ema mientras señalaba un dibujo de un jaguar-. Los mayas creían que este animal era sagrado. - Es impresionante -dijo Lola admirada-. Me encanta aprender sobre culturas antiguas.

Las chicas continuaron explorando la pirámide hasta llegar a la cima. Desde allí pudieron ver todo el paisaje selvático extendiéndose ante sus ojos. Sin embargo, el sol ardiente comenzó a agotarlas rápidamente. - Estoy cansada -se quejó Lola-.

El sol es insoportable. - Lo sé, pero no podemos rendirnos ahora -dijo Ema animándola-. Tenemos mucho por descubrir aún. Decidieron continuar su camino hacia otra pirámide cercana.

Pero cuando llegaron allí, se toparon con una trampa mortal: una serpiente venenosa bloqueaba su paso hacia la entrada de la pirámide. - ¡Oh no, qué hacemos! -exclamó Lola asustada. - Tranquila, no perdamos la calma -dijo Ema pensando en una solución-. Tengo un plan.

Ema tomó su mochila y sacó una cuerda. Con habilidad, logró atarla alrededor de la serpiente y arrastrarla lejos de su camino. Finalmente, pudieron entrar a la pirámide. - ¡Lo logramos! -gritó Lola emocionada mientras subían las escaleras.

Dentro de la pirámide descubrieron tesoros antiguos y objetos mágicos que nunca habían visto antes. La emoción del descubrimiento les dio energía para seguir explorando hasta el atardecer.

- Fue un día increíble -dijo Ema mientras contemplaban el hermoso paisaje selvático al final del día. - Sí, aprendimos mucho hoy -respondió Lola sonriendo-. Me siento agradecida por tener una amiga tan valiente como tú. Las chicas se abrazaron felizmente sintiendo que habían superado sus límites juntas en esta aventura inolvidable.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1