La aventura en los kayaks



Juana y Salvi eran dos amigos inseparables. Siempre estaban buscando nuevas aventuras para vivir juntos. Un día, mientras paseaban por la costa de Mar del Plata, encontraron un par de kayaks abandonados en la playa.

-¡Mira, Salvi! ¡Kayaks! -exclamó Juana emocionada-. ¿Qué te parece si hacemos un viaje de aventuras en kayak? -¡Genial! -respondió Salvi entusiasmado-. Pero no sé nada sobre kayaking. -No te preocupes, yo tengo experiencia en esto -le aseguró Juana con una sonrisa-.

Te enseñaré todo lo que necesitas saber. Así comenzó su gran aventura. Los dos amigos se pusieron sus chalecos salvavidas y se metieron en los kayaks.

Primero remaron cerca de la costa, pero luego decidieron adentrarse más mar adentro. El sol brillaba fuerte y el agua estaba tranquila al principio. Pero pronto empezaron a sentir el viento soplar con fuerza y las olas crecer cada vez más altas. -¡Juana, esto está peligroso! -gritó Salvi asustado-.

No puedo controlar mi kayak con estas olas gigantes. -Calma, Salvi -le dijo Juana tratando de tranquilizarlo-. Sigue mis instrucciones y todo saldrá bien.

Juana le explicó cómo enfrentar las olas para no volcar el kayak y cómo remar correctamente para avanzar a través del agua agitada. Poco a poco, ambos fueron ganando confianza y habilidad en sus kayaks. De repente, un grupo de delfines apareció saltando cerca de ellos.

Juana y Salvi se maravillaron con el espectáculo y remaron junto a los delfines por un rato. Pero la emoción no duró mucho. Una tormenta se acercaba rápidamente y las olas empezaban a crecer peligrosamente.

Juana y Salvi intentaron regresar a la costa, pero las corrientes eran demasiado fuertes. -¡Estamos perdidos! -gritó Salvi desesperado. Juana tomó su mano para darle fuerza y le dijo:-No te preocupes, juntos podemos superar cualquier obstáculo. Rema con todas tus fuerzas hacia allí -señalando una pequeña isla cercana-.

Allí encontraremos refugio hasta que pase la tormenta. Los dos amigos remarón con todas sus fuerzas hacia la isla mientras la lluvia caía sobre ellos sin descanso.

Finalmente, llegaron a salvo a la playa de la isla donde construyeron una pequeña cabaña improvisada para protegerse de los elementos. Después de pasar una noche incómoda en su cabaña improvisada, Juana y Salvi despertaron al día siguiente con un hermoso sol brillando en el cielo azul.

Decidieron explorar la isla antes de regresar a casa. Allí descubrieron nuevos paisajes increíbles: playas solitarias, acantilados rocosos impresionantes e incluso algunas cuevas fascinantes llenas de murciélagos dormidos durante el día. Fue una aventura inolvidable que nunca olvidarán.

Finalmente, después de varios días en esa hermosa isla, Juana y Salvi decidieron regresar a casa. Remaron con fuerza hacia la costa y llegaron sanos y salvos. -¡Eso fue increíble, Juana! -exclamó Salvi emocionado-.

Gracias por enseñarme todo sobre kayaking y por ser mi amiga aventurera. -No hay problema, Salvi -le respondió Juana sonriendo-. Siempre estaré aquí para compartir contigo nuevas aventuras.

FIN.

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