La aventura en México de María y sus amigos peludos


Había una vez una niña llamada Gleda, que vivía en Venezuela junto a su mamá Marilyn. Gleda tenía un hermano llamado Hermano, quien se había mudado a México hacía algunos años para trabajar y estudiar.

Además, Hermano tenía una novia llamada Ilse y dos adorables cachorros llamados Neo y Mila. Un día, Gleda y Marilyn decidieron hacer un viaje sorpresa a México para reencontrarse con Hermano, Ilse, Neo y Mila.

Estaban muy emocionadas por la idea de verlos nuevamente y pasar tiempo juntos como familia. Al llegar a México, fueron recibidas con mucha alegría por parte de Hermano, Ilse, Neo y Mila.

Todos se abrazaron fuertemente y compartieron historias sobre lo que habían estado haciendo desde su última vez juntos. Pero la sorpresa más grande estaba por venir. Mientras paseaban por el jardín de la casa de Hermano e Ilse, encontraron a Maria the tortugue escondida entre las flores.

Resultó que Maria era la mascota de la familia que habían adoptado recientemente. Gleda quedó maravillada al ver a Maria moviéndose lentamente entre las plantas. La tortuga era tranquila y curiosa, observando todo a su alrededor con sus pequeños ojos brillantes.

- ¡Qué hermosa es Maria! -exclamó Gleda emocionada. - Sí, es nuestra nueva amiga. La encontramos en el parque y decidimos llevarla a casa -explicó Ilse sonriente. Desde ese momento, Maria se convirtió en parte de la familia.

Gleda disfrutaba alimentándola con lechuga fresca todos los días y observando cómo exploraba su nuevo hogar con calma y paciencia. Los días pasaron volando entre paseos por el parque, juegos con Neo y Mila, cenas en familia y largas conversaciones bajo las estrellas.

Gleda se sentía feliz de estar reunida con sus seres queridos en un lugar tan especial como México.

Una tarde soleada, mientras descansaban en el jardín junto a Maria tomando limonada fresca hecha por Marilyn, Gleda reflexionó sobre lo importante que era mantenerse unidos como familia sin importar la distancia que los separara. - Estoy muy feliz de haber venido hasta aquí para estar juntos nuevamente -dijo Gleda mirando a cada uno de los rostros sonrientes que la rodeaban-.

Y me encanta tener a Maria the tortugue como parte de nuestra historia familiar ahora. La tarde continuó llena de risas, complicidad y amor entre todos los integrantes de esta peculiar pero maravillosa familia extendida.

Y así comprendieron que no importaba cuántos kilómetros los separaran: lo único importante era el cariño sincero que compartían cada vez que estaban juntos. Y colorín colorado este cuento ha terminado; esperemos volver pronto porque ha sido algo inolvidable para siempre jamás...

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