La aventura en Primer Grado



Había una vez en el hermoso pueblo de Villa Esperanza, un grupo de niños que estaban a punto de comenzar primer grado en la escuela "Rayito de Sol". Entre ellos se encontraban Mateo, Lucía, Martina y Tomás.

Todos estaban emocionados por empezar esta nueva etapa, pero también se sentían un poco nerviosos por lo desconocido que les esperaba. El primer día de clases llegó y los niños se reunieron en el patio del colegio junto a sus padres.

La directora, la señorita Laura, les dio la bienvenida con una gran sonrisa y los invitó a entrar al aula. Los padres se despidieron de sus hijos con abrazos y besos, dejándolos solos por primera vez.

-¡Hola chicos! Soy la señorita Laura y seré su maestra este año -dijo la directora con alegría-. ¿Cómo están todos? Los niños respondieron tímidamente mientras tomaban asiento en sus pupitres.

Mateo miraba hacia todos lados con curiosidad, Lucía jugueteaba con su mochila nerviosa, Martina dibujaba corazones en su cuaderno y Tomás no paraba de menear las piernas inquieto. La señorita Laura notó que los niños estaban algo nerviosos, así que decidió hacer una actividad para romper el hielo.

-¡Vamos a jugar un juego para conocernos mejor! Les voy a hacer preguntas y ustedes levantarán la mano si la respuesta es sí. ¿Están listos? Los niños asintieron emocionados y la maestra comenzó: "¿A quién le gusta jugar al fútbol?".

Todos levantaron la mano. "¿Quién tiene una mascota en casa?" Otra vez levantaron la mano. Poco a poco los niños fueron relajándose y riendo juntos.

De repente, mientras jugaban al juego, empezó a sonar el timbre anunciando el recreo. Los niños salieron corriendo al patio para disfrutar del descanso y jugar juntos.

Mateo se unió a un partido de fútbol improvisado, Lucía saltaba soga con otras niñas, Martina compartía su merienda con nuevos amigos y Tomás construía castillos de arena en el arenero. Al regresar al aula después del recreo, los niños ya no parecían tan nerviosos como antes. Habían descubierto lo divertido que era estar juntos e iniciar esta nueva etapa escolar.

-¡Chicos! Estoy muy orgullosa de ustedes -dijo la señorita Laura-. Han demostrado ser valientes y amigables en su primer día de clases.

Los niños sonrieron felices sabiendo que tenían todo un año por delante para aprender cosas nuevas, hacer amigos y divertirse juntos en Villa Esperanza.

FIN.

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