La Aventura en Valtoria



Era un día radiante en el pequeño pueblo de Los Cerezos, y nuestro héroe, Milo, de sólo 5 años, disfrutaba de un día cualquiera en el jardín de su casa, construyendo castillos de arena. Pero, de repente, fue interrumpido por una luz brillante que descendía del cielo. De esa luz emergió Kira, una semidiosa de cabellera dorada y ojos que reflejaban todos los colores del arcoíris.

"Hola, Milo! Soy Kira, de Valtoria, y vengo a buscarte. Necesitamos tu ayuda para salvar a los niños de un preescolar que ha sido capturado por el malvado Kripto!" - dijo Kira, con voz grave pero amable.

Milo, aunque un poco sorprendido, sintió que su corazón latía fuerte de emoción.

"¿Salvar a los niños? Yo quiero ayudar!" - exclamó.

Kira sonrió y lo tomó de la mano. En un instante, ambos fueron transportados a Valtoria, un mundo lleno de árboles que hablaban y ríos de colores vibrantes. Pero pronto, el ambiente se tornó serio, cuando llegaron a la oscura fortaleza de Kripto, un villano que había sembrado el terror en su mundo.

"¿Qué vamos a hacer?" - preguntó Milo, mirando la alta muralla de la fortaleza.

"Debemos ser astutos y valientes. Kripto tiene un punto débil: ¡no le gustan los colores brillantes!" - explicó Kira.

Los dos planearon un ingenioso plan. Reunieron flores y pinturas brillantes que encontraron a su alrededor y las prepararon en un ataque sorpresa.

"Contemos hasta tres y lanzamos los colores juntos. Uno, dos, tres... ¡ya!" - gritó Kira.

Mientras lanzaban las flores, acá un giro inesperado: Kripto, que había estado observando desde lejos, decidió mostrar su verdadero poder. Empezó a absorber los colores como si fueran energía.

"¡No! ¡Esto es peor de lo que pensábamos!" - exclamó Milo asustado.

"No te preocupes, Milo, siempre hay un plan B. Recuerda que tú eres valiente también. Usa tu imaginación!" - dijo Kira.

Milo, recordando su tiempo jugando a ser un superhéroe, cerró los ojos y pensó en algo increíble.

"¡Hagámoslo juntos!" - dijo en voz alta.

Kira asintió, y juntos empezaron a conjurar una imagen de todos los niños del preescolar, haciéndolos sumarse a su fuerza. Los niños, llenos de color y alegría, llegaron corriendo e hicieron un camino hacia delante. Kripto, aterrorizado por la unión de la felicidad de los niños, comenzó a retroceder.

"¡Los niños son más poderosos de lo que pensaba!" - gritó Kripto, mientras su fortaleza comenzaba a desmoronarse.

Con un último esfuerzo, Milo y Kira, junto a los otros niños, lanzaron un arcoíris de risa y juegos, que envolvió a Kripto. Y para sorpresa de todos, el malvado Kripto no soportó la alegría y se transformó en un ser más amable que se unió a ellos.

"¡Nunca pensé que esto podía suceder! Gracias, Milo, por hacerme ver que la felicidad no es tan mala." - dijo Kripto, ahora un poco sonrojado.

Los niños liberados aplaudieron. La fortaleza fue transformada en un parque de juego lleno de colores maravillosos. Kira miró a Milo, con orgullo:

"Lo lograste, pequeño héroe!"

Milo sonrió, y junto a los demás niños, comenzaron a jugar en su nuevo parque, lleno de colores y risas.

Con la victoria, Kira y Milo regresaron a Los Cerezos.

"Esto fue solo el comienzo de muchas aventuras. Siempre que necesites ayuda, aquí estoy. Eres un héroe, Milo!" - dijo Kira, mientras la luz la envolvía de nuevo para regresar a Valtoria.

Milo volvió a su jardín, su corazón lleno de alegría y valentía, sabiendo que él podía hacer una diferencia en el mundo. Desde ese día, supo que siempre tendría esa chispa de héroe dentro de sí, dispuesto a vivir nuevas aventuras.

FIN.

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