La Aventura Espacial de Alejandro



Alejandro era un niño curioso y soñador, al que le encantaba mirar al cielo nocturno lleno de estrellas y preguntarse qué secretos escondían. Un día, mientras exploraba en el desván de su casa, encontró una caja llena de objetos misteriosos.

En el fondo de la caja, descubrió una vieja y polvorienta radio de onda corta, con botones oxidados y una antena rota. Pero Alejandro, con su espíritu aventurero, decidió arreglarla con la ayuda de su abuelo.

Después de mucho esfuerzo, la radio cobró vida y comenzó a emitir extraños zumbidos y destellos intermitentes. Intrigado, Alejandro tocó uno de los botones y de repente, la habitación se llenó de una luz deslumbrante.

Sin darse cuenta, Alejandro se vio envuelto en un haz de energía y, ¡zas! , desapareció. Cuando recobró el conocimiento, se encontraba en una nave espacial desconocida, flotando en el espacio. Mientras buscaba una salida, se cruzó con un ser extraterrestre amigable.

-Hola, soy Zorblax, ¿cómo llegaste aquí, pequeño terrícola? Alejandro, asombrado, contó su historia a Zorblax, quien le explicó que la radio era en realidad un dispositivo de viaje intergaláctico y que él había sido traído por error.

Alejandro, lleno de emoción y curiosidad, decidió aprovechar la oportunidad para vivir una emocionante aventura en el espacio. Mientras exploraban la nave, se encontraron con una sala llena de extraños artefactos. Un cristal gigante llamó la atención de Alejandro, quien de repente sintió una voz en su cabeza.

-¿Qué es este lugar? ¿Cómo puedo llegar a casa? pensó Alejandro. Zorblax, sorprendido, le explicó que el cristal era un dispositivo de comunicación telepática que conectaba mentes a través del universo.

Inspirado por las películas de ciencia ficción que tanto le gustaban, Alejandro decidió utilizar el dispositivo para enviar un mensaje a la Tierra, pidiendo ayuda para regresar. Pero justo cuando estaba a punto de hacerlo, una alarma resonó en la nave.

¡Estaban siendo atacados por piratas espaciales! Con valentía, Alejandro pensó en una solución para salvar la nave y a su nuevo amigo. Rápidamente, ideó un plan y, con la ayuda de Zorblax, lograron defender la nave y espantar a los piratas.

Al final, con la amenaza superada, Alejandro y Zorblax regresaron a la Tierra, donde Alejandro contó su increíble aventura a todos los habitantes. Desde entonces, la radio se convirtió en un tesoro familiar y Alejandro en un héroe intergaláctico, siempre recordando las asombrosas experiencias que vivió en el espacio.

FIN.

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