La Aventura Espacial de Jino y Margarita
Era una noche despejada y estrellada en el tranquilo campo, el paisaje mostraba colinas verdes bañadas por la luz de la luna. Jinx, una joven aventurera con su overol gastado y botas embarradas, caminaba por el campo. De repente, se detuvo, paralizada por la luz brillante que provenía de un platillo volador que estaba descendiendo.
"¿Qué es eso?" - murmuró Jinx, con los ojos bien abiertos.
Margarita, su cabra blanca y peculiar compañera, se acercó.
"Si preguntás, seguramente es algo emocionante" - dijo Margarita, moviendo su cabeza con curiosidad y un toque de misterio.
"No sé, a veces lo emocionante puede ser peligroso. No sé si deberíamos quedarnos aquí" - Jinx respiró hondo, tratando de calmar sus nervios.
De pronto, una puerta del platillo volador se abrió y de ella salió una criatura de otro mundo, pequeña y de color azul, con grandes ojos que parecían llenos de asombro.
"Hola, terrícolas. Soy Luno, de la galaxia Amigloria. ¡Vengo en busca de amigos!" - dijo la criatura en un tono alegre.
"¿Amigos?" - preguntó Margarita, intrigada.
"Sí, amigos para ayudarme a resolver un problema en mi planeta. Necesitamos seres humanos con corazones valientes y cabras sabias para una aventura" - explicó Luno.
"¿Y cómo vamos a ayudarte?" - dijo Jinx, con más confianza.
"Mi planeta está cubierto de nubes grises porque olvidaron cómo divertirse. Necesitamos que ustedes, junto con su creatividad, traigan alegría y diversión para que las nubes desaparezcan" - Luno sonrió.
El corazón de Jinx se iluminó. Ella siempre había deseado hacer algo grande.
"¡Sí! Haremos de Amigloria un lugar feliz. ¿Qué tenemos que hacer?" - exclamó.
Y así, Luno les explicó el plan. Jinx y Margarita subieron al platillo volador, y con un zumbido electrizante, volaron hacia el espacio.
Cuando llegaron a Amigloria, se encontraron con un entorno sombrío. Las nubes cubrían todo.
"¡Vamos, Jinx!" - motivó Margarita.
Primero decidieron organizar una fiesta. Jinx sacó su guitarra de su mochila y comenzó a tocar una melodía alegre, mientras Margarita repartía bocados de heno y vegetales. Los habitantes de Amigloria, curiosos, empezaron a acercarse.
"¿Qué es esa música?" - preguntó un habitante amarillo y arrugado.
"¡La música de la alegría! Vengan a unirse a nuestra fiesta" - invitó Jinx.
Así, los habitantes comenzaron a bailar y reír. Las nubes grises empezaron a disiparse.
Pero el clima cambió de inmediato y una fuerte tormenta de nubes nubladas amenazó la fiesta.
"¿Qué hacemos?" - grito Jinx, viendo cómo las nubes comenzaban a cubrir a aquellos que bailaban.
"Necesitamos más alegría y diversión" - dijo Luno "¿Alguien tiene una idea brillante?"
Jinx entonces tuvo una idea excepcional.
"¡Inventa un juego!" - sugirió a Margarita y a Luno.
Así empezaron a inventar juegos: carreras, juegos de saltos y, finalmente, una búsqueda del tesoro. Las risas resonaban y la felicidad se expandía, haciendo que las nubes comenzaran a aclararse.
Después de un rato, Amigloria brillaba con sus colores vivos. Las nubes se disiparon por completo y el cielo se iluminó con un radiante sol.
"¡Lo logramos! ¡Amigloria ahora es feliz!" - exclamó Luno, mientras bailaba como si no hubiera un mañana.
Jinx y Margarita se sintieron satisfechas. Habían ayudado a Luno y a su planeta a encontrar la alegría que habían olvidado.
"Recuerda, la diversión y la alegría siempre son importantes, hasta en las situaciones más sombrías" - dijo Jinx, mirando hacia el horizonte.
Despidieron a Luno y regresaron a su hogar, con las estrellas resplandeciendo sobre sus cabezas. Esa noche, Jinx no solo regresó a casa: volvió con un nuevo amigo y una lección sobre la importancia de compartir la alegría, incluso en tiempos difíciles.
Y así, bajo el cielo nocturno, Jinx y Margarita soñaron con nuevas aventuras, porque sabían que juntos podían iluminar hasta el más gris de los días.
Moraleja: La alegría y la diversión pueden iluminar incluso los momentos más oscuros. Nunca subestimes el poder que tú y tus amigos pueden tener para hacer del mundo un lugar mejor.
FIN.