La Aventura Espacial de Klofky y Sus Amigos
En un soleado día en la escuela, los alumnos de 6 años, Mia, Nahir, Sofía, Mateo, Tatu, Benjamín, Alma, Damián, Daniel, Benicio y Nehemías estaban jugando en el patio cuando de repente, un rayo de luz iluminó el cielo, ¡era una nave espacial!"¿Vieron eso?" - gritó Mateo.
"¡Sí!" - respondieron todos, emocionados.
La nave aterrizó con un suave susurro, y de ella salió un extraño pero simpático extraterrestre con piel azul y grandes ojos morados. "¡Hola, terrícolas! Soy Klofky, de la galaxia Risotona. ¡He venido a jugar!"
Los niños se miraron entre sí, llenos de asombro pero también de curiosidad. "¿Jugar? ¿Cómo podemos jugar en el espacio?" - preguntó Nahir.
"¡Vengan!" - dijo Klofky, moviendo sus manos con entusiasmo.
Klofky llevó a los niños dentro de su nave espacial. El interior estaba lleno de luces de colores y gadgets increíbles. "¡Primero, los llevaré a un planeta donde la gravedad es muy baja!" - anunció Klofky.
Los chicos gritaron de alegría mientras la nave despegaba. Al llegar al planeta hinchón, comenzaron a saltar y a flotar. "¡Miren! ¡Puedo volar!" - dijo Benjamin, dando vueltas en el aire.
"¡Esto es genial!" - exclamó Alma, preparando un truco de salto.
Sin embargo, durante su diversión, un fuerte viento comenzó a soplar, arrastrando la nave de Klofky. "¡Oh no! Necesitamos volver a la nave antes de que se lleve a Klofky también!" - grito Damián.
"¿Cómo hacemos eso?" - preguntó benicio con preocupación.
"¡Yo tengo una idea!" - dijo Tatu.
Rápidamente, Tatu se acordó de un juego que habían jugado antes en el patio. "Si todos saltamos juntos y hacemos sonidos divertidos, el viento se distraerá y podremos volver a la nave!" - sugirió.
"¡Buena idea!" - respondieron los demás.
Entonces, juntos comenzaron a saltar y a hacer ruidos extraños. Mientras lo hacían, el viento parecía confundido, ¡y poco a poco, lograron llegar a la nave!"¡Lo conseguimos!" - gritó Sofía con alegría.
"¡Ustedes son geniales!" - reconoció Klofky, muy impresionado.
Después de recuperar el control de la nave, Klofky llevó a los estudiantes de regreso a la Tierra, pero no sin antes hacer una última parada. "Ahora vamos a un planeta donde todos son amigos y ayudan a los demás. ¡Quiero que aprendan la importancia de trabajar en equipo!"
Al aterrizar en el planeta Amistad, se encontraron con criaturas amigables que necesitaban ayuda para recoger frutas del árbol más alto. "¿Cómo podemos ayudarlos?" - preguntó Daniel.
"Podemos usar nuestras habilidades!" - dijo Nehemías con una sonrisa.
Sin pensarlo dos veces, los niños formaron equipos. "Yo puedo saltar alto y recoger las frutas de arriba!" - dijo Tatu, mientras otros formaban una cadena humana para alcanzar las más bajas.
"¡Vamos rápido!" - animó Mía, dirigiendo los esfuerzos.
Con su trabajo en equipo, lograron recoger muchas frutas y recibieron como agradecimiento un festín de deliciosos jars de mermelada. "¡Esto es delicioso!" - exclamó Benicio mientras todos reían y disfrutaban del banquete.
Finalmente, Klofky llevó a sus nuevos amigos de vuelta a la escuela. "Gracias por esta increíble aventura. Recuerden, siempre es mejor trabajar juntos y ayudarse mutuamente!" - dijo Klofky con una sonrisa brillante.
"¡Prometemos no olvidarlo nunca!" - respondieron todos al unísono.
Cuando regresaron al aula, los niños estaban llenos de nuevas ideas y resolvieron hacer un proyecto sobre el trabajo en equipo.
"¡Seremos un gran equipo en todo lo que hagamos!" - dijo Sofía, llenando de alegría a sus compañeros.
Así terminó la jornada espacial, pero en sus corazones, la lección de amistad y colaboración duraría para siempre.
FIN.