La aventura espacial de Mariano
Mariano era un niño curioso y aventurero que soñaba con viajar al espacio. Pasaba horas mirando las estrellas desde su ventana, imaginando cómo sería flotar en el vacío del universo y descubrir nuevos planetas.
Un día, Mariano decidió construir su propia nave espacial. Con materiales reciclados de la casa y mucha creatividad, armó una cápsula que parecía sacada de una película de ciencia ficción.
"¡Listo! ¡Mi nave está terminada!"- exclamó emocionado Mariano mientras se acomodaba en el asiento del piloto. Con un botón mágico, la nave despegó hacia el cielo. Mariano gritaba de emoción mientras veía cómo las nubes se alejaban cada vez más abajo de él.
"¡Estoy volando! ¡Soy un astronauta!"- pensaba Mariano lleno de alegría. Pero pronto comenzaron a aparecer obstáculos en su camino. Una lluvia de asteroides amenazaba con dañar su nave. Mariano tuvo que maniobrar habilidosamente para esquivarlos y continuar su travesía por el espacio.
"¡Vaya aventura! Esto es mucho más difícil de lo que imaginé"- susurró Mariano, pero no se dio por vencido. El siguiente desafío fue atravesar una densa atmósfera llena de tormentas eléctricas y rayos peligrosos.
La pequeña nave temblaba violentamente mientras chocaba contra los fuertes vientos. "No puedo rendirme ahora"- dijo decidido Mariano mientras tomaba el control con fuerza y lograba salir de la tormenta. Finalmente, Mariano llegó a un lejano planeta desconocido.
Allí se encontró con una comunidad de seres extraños que nunca había visto antes. Eran criaturas amables y curiosas que lo recibieron con los brazos abiertos.
"¡Bienvenido! Nos alegra conocer a un nuevo visitante"- dijo uno de ellos en un idioma extraño pero comprensible para Mariano gracias a su ingenio. Mariano pasó varios días explorando el planeta junto a sus nuevos amigos. Descubrió paisajes impresionantes y aprendió cosas nuevas sobre este universo desconocido. "Gracias por enseñarme tanto"- les dijo Mariano antes de emprender su regreso a casa.
La nave volvió sana y salva a la Tierra, donde Mariano fue recibido como un héroe. Había logrado cumplir su sueño gracias a su coraje, creatividad e ingenio.
Desde entonces, Mariano supo que no hay límites para lo que puede lograr si se lo propone con valentía y determinación.
Y aunque ya no viaje al espacio exterior, siempre llevará consigo las lecciones y aventuras que vivió en aquel viaje inolvidable hacia el espacio, la emoción, la atmósfera y las almas.
FIN.