La Aventura Estelar de JC, Jahel y Liz



Era una hermosa mañana en la pequeña ciudad costera de Marazul. El sol brillaba con fuerza y una suave brisa marina se sentía en el aire. Nuestros tres protagonistas, JC, Jahel y Liz, estaban listos para una nueva aventura. Hoy, habían decidido ir al bosque cercano, un lugar lleno de misterios y belleza, donde las estrellas parecían acercarse cuando la noche caía.

"¡Vengan, chicos!", exclamó JC. "Escuché que hay un camino secreto que lleva a la playa más hermosa de todas. ¡Vamos a encontrarlo!" -

"¿Estás seguro?", preguntó Liz con curiosidad. "El bosque puede ser complicado..." -

"¡Vamos, será divertido!", contestó Jahel emocionada. "Solo necesitamos un poco de valentía y un mapa. ¡Yo traigo uno!" -

Así, comenzaron su exploración. Con cada paso que daban, los árboles susurraban algunas historias antiguas. Flores de colores brillantes estaban en cada rincón del sendero, y los sonidos de los pájaros les acompañaban mientras avanzaban.

Después de un rato, encontraron una parte del bosque que nunca habían visto. Allí, se toparon con una entrada oscura y misteriosa.

"¿Entramos?", preguntó JC. -

"Sí, pero con cuidado", respondió Liz. -

Al cruzar el umbral, se dieron cuenta de que estaban en un claro iluminado por miles de luciérnagas que danzaban en el aire. A la distancia, se oyó el sonido de las olas y un resplandor plateado comenzó a aparecer.

"¡Miren!", gritó Jahel, señalando hacia el océano. "¡Ahí está la playa!" -

Siguieron el sonido de las olas y llegaron hasta la orilla, un lugar mágico donde el mar se encontraba con el cielo en el horizonte. Sin embargo, notaron que la playa estaba cubierta de basura.

"¿Qué pasó aquí?", se preguntó Liz, observando la escena. -

"Esto no puede quedar así. ¡Debemos hacer algo!", sugirió Jahel, ya con su espíritu altruista encendido. -

JC, Jahel y Liz se pusieron manos a la obra. Recolectaron plásticos, botellas y otros desechos que habían llenado la arena. Mientras trabajaban, empezaron a contar historias sobre las criaturas del océano, lo importantes que son y cómo todos debemos cuidar de su hogar.

"¿Sabían que las tortugas marinas pueden confundirse y comer plásticos?", comentó Liz. -

"Y que los delfines a veces quedan atrapados por las redes de pesca", agregó Jahel. -

Cada vez que llenaban una bolsa, se sentían mejor. Pronto, el mar empezó a asomarse más limpio y más brillante. Después de unas horas de trabajo, surgiendo del esfuerzo, se sintieron satisfechos con lo logrado.

Justo al caer la noche, se acomodaron sobre la arena y observaron el cielo estrellado. Las estrellas comenzaron a brillar con fuerza, como si estuvieran alabando el esfuerzo de los tres amigos.

"¿Vieron?", dijo JC. "Todo se ve mejor ahora. Hasta las estrellas brillan más fuerte porque cuidamos de este lugar" -

"Sí, debemos decirle a todos en casa que cuiden nuestros mares y bosques", concluyó Liz con una sonrisa. -

Jahel miró hacia el horizonte. "Vamos a hacer un pacto. Cada vez que vengamos a la playa, nos aseguraremos de que esté limpia. Y si encontramos más amigos, los invitamos a unirse a nosotros" -

Los tres levantaron sus manos y gritaron al unísono: "¡Pacto con la naturaleza!" -

Desde ese día, cada vez que volvían a la playa, no solo jugaban y se divertían, sino que también cuidaban de ella. Aprendieron que, con pequeñas acciones, podían hacer grandes cambios y que la aventura no solo reside en los lugares que visitan, sino también en las decisiones que toman para proteger su mundo. Y así, entre risas y estrellas, JC, Jahel y Liz continuaron sus aventuras, siempre recordando la importancia de cuidar lo que más amaban.

FIN.

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