La aventura estelar de Juanito y Zippy
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Juanito que soñaba con ser astronauta. Desde muy chico miraba al cielo estrellado todas las noches y se maravillaba con la inmensidad del universo.
Un día, mientras paseaba por el campo, Juanito encontró una vieja nave espacial abandonada en medio de un prado. Se acercó con curiosidad y descubrió que dentro había un extraterrestre pequeñito y simpático.
"¡Hola! Soy Zippy, ¿quieres ser mi amigo?" -dijo el extraterrestre con entusiasmo. Juanito no podía creer lo que veían sus ojos.
¡Un verdadero extraterrestre! Sin dudarlo, respondió: "¡Claro que sí! ¿De dónde vienes?"Zippy explicó que venía de un lejano planeta llamado Galaxión, donde todos los habitantes eran amables y trabajaban juntos para explorar el espacio exterior. "¿Te gustaría venir a mi planeta? Necesitamos tu ayuda para reparar nuestra nave espacial", propuso Zippy. Juanito estaba emocionado.
¡Esta era su oportunidad de convertirse en astronauta y explorar el universo! Sin pensarlo dos veces, aceptó la invitación y subió a la nave junto a su nuevo amigo extraterrestre. Durante el viaje interestelar, Juanito aprendió muchas cosas sobre astronomía, física cuántica y la importancia de trabajar en equipo.
Juntos superaron obstáculos como asteroides gigantes y agujeros negros hasta llegar finalmente a Galaxión. Al llegar al planeta de Zippy, Juanito se sorprendió al ver la tecnología avanzada y las construcciones futuristas.
Los habitantes recibieron a Juanito con alegría y gratitud por haber ayudado a reparar la nave espacial. "Gracias a ti, ahora podemos seguir explorando el universo y descubriendo nuevos mundos", dijo Zippy emocionado.
Juanito se despidió de sus amigos alienígenas con nostalgia pero sabiendo que siempre tendría un lugar especial en sus corazones. De regreso en Villa Esperanza, contó su increíble aventura a todos los habitantes del pueblo quienes lo escuchaban asombrados.
Desde ese día, Juanito supo que los sueños pueden hacerse realidad si uno cree en sí mismo y está dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se presente en el camino hacia las estrellas.
Y así fue como nuestro joven héroe se convirtió en el primer astronauta argentino en pisar Marte, inspirando a niños de todo el mundo a nunca dejar de soñar en grande.
FIN.