La Aventura Geométrica de Noha y Sofía



Era una mañana soleada en el barrio de Noha y Sofía. Las dos amigas, con sus mochilas llenas de libros y un espíritu aventurero, decidieron que era el día perfecto para aprender sobre figuras geométricas.

"Sofía, ¿te imaginas si pudiéramos aprender todas las figuras de una manera divertida?" - preguntó Noha, con su cabello rizado brillando con el sol.

"¡Eso sería genial!" - respondió Sofía, con sus ojos brillando de emoción. "¿Y si inventamos una canción?"

Así comenzó la maravilla. Con una guitarra en mano, Sofía empezó a tocar unas notas y Noha improvisó una letra:

"Círculos y triángulos, cuadrados también, ¡figuras geométricas, ven a aprender!"

Las dos se rieron y siguieron creando más versos, mientras notaban cómo sus corazones se llenaban de alegría. Pero había un pequeño problema: además de aprender, querían encontrar figuras en su mundo cotidiano.

"¿Dónde podemos encontrar figuras, Noha?" - preguntó Sofía, después de terminar su canción.

"¡Vamos al parque!" - sugirió Noha entusiasmada. "Seguro hay muchas allí."

Al llegar al parque, empezaron a mirar a su alrededor.

"Mirá, Sofía, esa fuente es un círculo perfecto!" - apuntó Noha.

"Y esos bancos son rectángulos. ¡Mirá las sombras que crean!" - exclamó Sofía, maravillada.

Pero entonces, una idea brillante surgió en la mente de Noha.

"¡Vamos a hacer un juego! Por cada figura que encontremos, debemos cantar una estrofa de nuestra canción."

"¡Sí! Eso será súper divertido!" - respondió Sofía.

Mientras caminaban, agregaron más versos a su canción. Cada figura que encontraban era una razón para saltar de alegría y cantar:

"Cuando ves un triángulo, sube y corre, ¡porque en esta aventura nunca hay un error!"

Un poco más adelante, se encontraron con un grupo de niños jugando. Noha y Sofía decidieron acercarse.

"¿Quieren jugar?" - les preguntaron.

"Sí! ¿Cómo?" - respondieron los niños. Sofía les explicó su juego de encontrar figuras geométricas y cantar.

"¡Es como una búsqueda del tesoro!" - gritó un niño llamado Tomás, con una gran sonrisa.

Pronto, todos comenzaron a gritar y buscar figuras por el parque.

"¡Allí hay un cuadrado en ese juego de tijeras!"

"¡Y el recorrido de ese camino tiene forma de círculo!"

Cada descubrimiento era celebrado con risas y canciones. Pero, de repente, el cielo comenzó a nublarse. Noha miró a su alrededor y notó que el viento se estaba levantando.

"Chicos, creo que se viene una tormenta. Debemos buscar refugio."

Todos corrieron hacia la casita del parque, mientras las primeras gotas de lluvia empezaban a caer. Una vez dentro, comenzaron a sentir miedo, pero Noha tuvo una idea.

"¡Cantemos nuestras canciones! ¡Así no nos sentiremos solitos!"

Así que, mientras la lluvia caía afuera, todos juntos cantaron sobre los triángulos, círculos y cuadrados. La música llenó el aire y la tormenta ya no parecía tan aterradora.

Luego de un rato, la lluvia cesó, y un hermoso arcoíris apareció en el cielo. Al salir, todos fueron testigos de una vista mágica:

"¡Miren! El arcoíris tiene forma de semicírculo!" - exclamó Sofía.

"¡Sí! Y hay un montón de figuras en el suelo! La lluvia las hizo visibles por un rato!" - agregó Noha, observando la tierra llena de charcos.

"¿Nos queda cantar una última vez?" - preguntó Tomás.

"¡Sí!" - gritaron todos en coro, mientras se unieron en un gran abrazo. Y allí, bajo el arcoíris, cantaron juntos su canción de figuras geométricas, sintiéndose felices y unidos.

A partir de ese día, Noha y Sofía no solo aprendieron sobre figuras geométricas, sino que también compartieron el poder de la música y la amistad. La geometría ya no era un tema aburrido, sino una aventura que podían compartir con cualquier persona.

Y así, en cada rincón de su vida, cada figura que encontraban era una nueva oportunidad para cantar y recordar que lo importante era aprender y divertirse juntas.

Fin.

FIN.

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