La Aventura Inesperada
Una soleada mañana en el parque, Bruno, el perro salchicha, y su amigo Tony, el perro caniche, estaban jugando alegremente entre las flores.
"¡Mirá esa mariposa!" exclamó Tony, señalando con su patita a una hermosa mariposa amarilla que danzaba entre los pétalos.
"¡Vamos a seguirla!" propuso Bruno, emocionado.
Sin pensar dos veces, los dos amigos comenzaron a correr tras la mariposa, brincando por encima de los arbustos y esquivando a otros perros que paseaban con sus dueños. La mariposa parecía demasiado rápida y ágil, llevándolos cada vez más lejos del parque.
No se dieron cuenta de que estaban cruzando calles y adentrándose en las bulliciosas avenidas de la gran ciudad.
"¿Dónde estamos?" preguntó Tony, al detenerse y mirar a su alrededor. Todo se veía diferente: edificios altos, gente caminando rápido y muchos ruidos extraños.
"No lo sé... pero creo que hemos ido demasiado lejos" respondió Bruno, sintiéndose un poco asustado.
Decidieron retroceder, pero estaban tan confundidos que no sabían hacia dónde ir. En su búsqueda por volver, intentaron preguntar a otros animales en la calle.
"¡Disculpen! ¿Puede alguien ayudarnos a volver al parque?" ladró Bruno a un grupo de palomas.
"Nosotros volamos, no podemos ayudarles" picoteó una de las palomas.
"Lo siento, no tengo tiempo" dijo un gato perezoso que estaba tomando el sol.
Desesperados, continuaron su búsqueda hasta que se encontraron con un pequeño gatito llamado Misi.
"¿Qué les pasa?" preguntó Misi, al ver las caras preocupadas de Bruno y Tony.
"Nos perdimos siguiendo una mariposa, y no sabemos cómo volver a casa" explicó Tony, suspirando.
Misi se rió suavemente.
"Es fácil perderse en la ciudad si no prestas atención. Pero no se preocupen, yo les puedo ayudar".
"¿De verdad?" preguntó Bruno, esperanzado.
"Sí, siganme. Pero antes, deben prometerme que no volverán a alejarse así, es peligroso".
Los amigos asintieron, conscientes de que había sido una locura seguir a la mariposa sin pensar.
Misi condujo a Bruno y a Tony por calles estrechas y ruidosas. Pasaron frente a un mercado lleno de verduras y frutas frescas, donde los olores eran deliciosos.
"¡Mirá eso!" exclamó Tony, señalando un puesto de salchichas.
"¡No! No debemos detenernos" replicó Bruno, recordando la promesa que hicieron.
"Ahora vamos a cruzar la plaza, está enfrente" les dijo Misi, mientras corrían juntos, con los corazones latiendo rápido. El trío finalmente llegó a un parque familiar.
"¡Ahí está!" gritó Bruno, saltando de alegría.
"Muchas gracias, Misi. Eres un gran amigo" dijo Tony.
"Recuerden, siempre es mejor estar juntos y no alejarse. Ahora, ¡los veo después!" dijo Misi mientras se perdía entre los arbustos del parque.
Bruno y Tony se miraron con una sonrisa en sus rostros.
"¡No más mariposas que nos alejan!" dijo Bruno, dando un salto feliz.
"Exactamente, vamos a quedarnos aquí y disfrutar juntos" concluyó Tony, sintiéndose más sabio y feliz.
Ambos amigos aprendieron una valiosa lección ese día: la curiosidad puede ser emocionante, pero lo es aún más tener cuidado y cuidar de quienes amamos. De ahora en adelante, harían todas sus aventuras juntos, siempre al lado del otro.
FIN.