La aventura mágica del bosque revuelto



Era una tarde soleada y la abuela de Sofía decidió contarle una historia diferente a su nietita. Se acomodaron en el sillón grande, con una manta sobre las piernas y una galletita en las manos.

nnComenzó a narrar: "Había una vez, en un bosque lleno de secretos, una Caperucita que no llevaba una cesta con comida, sino una mochila llena de libros. Su sueño era leerle a todos los habitantes del bosque.

Un día, mientras caminaba, se encontró con Hansel y Gretel, quienes habían decidido cambiar su destino y solo querían colmar el bosque de dulces saludables. nn"Hola, Caperucita, ¿qué llevas en esa mochila?" - preguntó Hansel.nn"¡Hola, Hansel y Gretel! LLevo libros para compartir.

¿Quieren venir conmigo?" - respondió Caperucita con una sonrisa. nnLos tres amigos decidieron que era un buen momento para contar historias a los animales del bosque. Sin embargo, para su sorpresa, se encontraron con los Tres Cerditos.

En vez de construir casas, los cerditos estaban tratando de crear una biblioteca para todos.nn"¿Quieren ayudarnos a recopilar cuentos del bosque?" - preguntó el Cerdito Pipón. nn"Claro que sí!" – exclamó Gretel. nnAsí, se animaron a trabajar juntos.

Sin embargo, cuando todo parecía ir bien, un gato muy peculiar apareció entre los arbustos. Era el Gato con Botas, pero no venía con su espada y su sombrero elegante.

Venía con una misión: quería convencer a todos los animales del bosque de unirse al club de lectura. nn"¡Hola, amigos! ¿Por qué perder tiempo construyendo casas y recolectando dulces, cuando podemos compartir las aventuras que hay en los libros?" - dijo el Gato.nnTodos se miraron confundidos.nn"Pero, Gato, tenemos que comer y vivir en un lugar seguro", dijo el Cerdito Pipo. nn"Claro, pero también podemos soñar e imaginar un mundo mejor", contestó el Gato. nnEntonces, todos se pusieron a pensar en lo que el Gato les dijo.

Después de un rato, Caperucita tuvo una idea brillante. nn"¿Y si hacemos un banco de historias? Cada uno puede traer su cuento favorito y compartirlo con los demás. Así también tenemos algo delicioso para comer y un lugar divertido donde vivir.

¡Los libros pueden ser casas llenas de aventuras!" - propuso. nnTodos se entusiasmaron. Hansel y Gretel empezaron a traer chuches naturales, los cerditos buscaron hojas para hacer una casa entre los árboles y el Gato con Botas se dedicó a contar historias de sus viajes.nnCon

el tiempo, el bosque se transformó en un lugar mágico, donde cada semana se celebraba un gran cuento. Todos los animales y seres que pasaban por ahí se paraban a escuchar y a soñar.

nnY así, Caperucita, Hansel, Gretel, los Tres Cerditos y el Gato con Botas aprendieron que la unión y las historias pueden edificar no solo casas, sino un mundo lleno de felicidad y amistad. nnLa abuela sonrió al terminar la historia y miró a Sofía.nn"¿Qué te pareció, mi amor?" - preguntó. nn"Fue la mejor historia de todas, abuela. ¿Podemos hacer nuestra propia biblioteca?" - respondió Sofía entusiasmada.nn"¡Por supuesto! Vamos a armarla juntas!" - exclamó la abuela.nnY

así, cada tarde se convirtió en un nuevo capítulo de aventuras entre la abuela y su nieta, llenos de cuentos, risas y un sueño compartido: traer un pedacito de magia a su hogar a través de los libros.

FIN.

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