La aventura mágica en el bosque de Bambi



Había una vez dos nenes, Lucas y Nico, que vivían en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques. Lucas tenía 2 años y era muy curioso, mientras que Nico tenía 8 años y era muy aventurero.

Un día de primavera decidieron ir a dar un paseo por el bosque con su perro Canelo. Mientras caminaban, vieron muchas mariposas revoloteando alrededor de ellos.

Lucas estaba fascinado con las mariposas y trató de atraparlas con sus manitas, pero siempre se escapaban volando. "Nico, ¿cómo puedo atrapar las mariposas?" preguntó Lucas. "Tienes que ser paciente y esperar a que se posen en una flor" respondió Nico.

Así que los tres amigos continuaron caminando hasta encontrar un campo lleno de flores coloridas. Allí pudieron ver muchas mariposas posadas sobre las flores. Lucas corrió hacia ellas emocionado pero esta vez fue más cuidadoso para no asustarlas. Logró acercarse lo suficiente para observarlas detenidamente sin espantarlas.

De repente escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Canelo comenzó a ladrar señalando la dirección del sonido. "¿Qué será eso?" preguntó Nico preocupado.

"¡Vamos a investigar!" exclamó Lucas entusiasmado por la idea de descubrir algo nuevo. Así que los tres amigos comenzaron a seguir el sonido hasta llegar a una cueva oculta entre los árboles. Decidieron entrar juntos para explorarla, aunque estaban un poco asustados por no saber qué podrían encontrar adentro.

Una vez dentro, se sorprendieron al ver que la cueva estaba llena de estalactitas y estalagmitas brillantes. Parecía un mundo mágico lleno de colores y brillos. Pero entonces escucharon nuevamente el ruido extraño, esta vez más fuerte.

"¡Ayuda! ¡Estoy atrapado!" gritó una voz desde lejos. Los tres amigos comenzaron a caminar hacia la voz hasta encontrar a un pequeño ciervo atrapado en una trampa para animales.

Nico rápidamente desató al ciervo mientras Lucas lo acariciaba suavemente para calmarlo. "Gracias chicos, pensé que nunca saldría de aquí" dijo el ciervo con lágrimas en los ojos.

Agradecido, el ciervo les llevó a través del bosque hasta llegar a una hermosa pradera donde pudieron ver muchos animales jugando juntos. Allí conocieron a Bambi, un joven cervatillo muy amigable que les mostró cómo jugar y divertirse en la pradera.

Después de pasar un día maravilloso explorando el bosque y haciendo nuevos amigos, los tres amigos regresaron felices a casa con muchas aventuras divertidas para contarle a sus padres. Desde ese día aprendieron que siempre hay algo nuevo por descubrir si te atreves a explorar y ser valiente como ellos lo fueron junto con Canelo.

Y así fue como Lucas y Nico aprendieron sobre la importancia del compañerismo, la valentía y sobretodo sobre el respeto hacia todos los seres vivos que habitan nuestro planeta.

FIN.

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