La Aventura Mágica en el Colegio
Era un día soleado en la escuela primaria "El Arco Iris". Sofía, una niña curiosa y llena de energía, estaba lista para otro día de clases. Al entrar al aula, vio a sus amigos: Lucas, Emma y Tomás. "¿Listos para la clase de ciencias?" - preguntó Sofía. "Sí, pero espero que no sea aburrido como siempre" - dijo Lucas, bostezando. "No te preocupes, hoy vamos a hacer algo diferente" - respondió la maestra Carla con una sonrisa.
La maestra les anunció que en la clase aprenderían sobre los dinosaurios. Todos se pusieron muy emocionados. De repente, mientras la maestra dibujaba un T-Rex en la pizarra, un rayo de luz iluminó el aula. Todos se dieron vuelta asombrados y, ¡de repente, un pequeño dinosaurio apareció!"¡Miren! ¡Un dinosaurio!" - exclamó Emma. El dinosaurio tenía un brillo especial, y antes de que alguien pudiera decir algo, comenzó a hablar: "¡Hola, soy Dino! He venido desde la época de los dinosaurios para ayudarles a aprender sobre mi mundo."
Los niños estaban boquiabiertos, pero la maestra, que era tan aventurera como ellos, dijo: "Esto es increíble, ¡vamos a aprender de Dino!". Con un movimiento de sus patas, Dino hizo aparecer un portal mágico que los llevó a un lugar lleno de árboles gigantes y montañas de colores.
Allí, además de Dino, encontraron a un unicornio llamado Estrella, que tenía un cuerno brillante y una hermosa melena con todos los colores del arcoíris. "¡Hola, amigos!" - saludó Estrella. "Vengan, tengo mucho que mostrarles."
Los niños, emocionados, siguieron a Estrella, quien los llevó a un prado donde, para su sorpresa, había una vaca llamada Lulú que hablaba. "¡Bienvenidos! Estoy aquí para darles la bienvenida al mundo mágico. Pero cuidado, porque hay una bruja en el bosque que no le gusta compartir su magia."
"¿Una bruja?" - preguntó Tomás, un poco asustado. "Sí, pero no tienen que preocuparse, siempre y cuando sean amables" - explicó Estrella. Mientras exploraban, de repente, se escuchó una risa siniestra. ¡La bruja había apareceado!"¿Quiénes son ustedes y qué hacen aquí?" - preguntó con una voz escalofriante.
"¡Hola! Somos alumnos de la escuela 'El Arco Iris' y venimos a aprender" - dijo Sofía, levantando la mano con valentía. "Sentimos si te incomodamos, solo queríamos conocer el mundo mágico".
La bruja, llamada Morticia, se quedó sorprendida ante la valentía de Sofía. "Normalmente nadie tiene el valor de hablarme. Ustedes son diferentes. ¿Qué quieren aprender?" - preguntó, suavizando su voz. Los niños se miraron, y Sofía dijo: "Queremos aprender a vivir en armonía, respetando a todos, incluyéndote a vos".
Morticia, conmovida, se dio cuenta de que no tenía que ser cruel. "Está bien, les enseñaré mis hechizos, pero deben prometerme que usarán la magia para hacer el bien". Los niños prometerían sin dudarlo. Así fue como se volvieron amigos de la bruja y comenzaron a aprender sobre magia de una manera positiva.
Después de un día lleno de aventuras, Dino, Estrella, Lulú, Morticia y los niños se sentaron juntos a compartir historias. En ese instante, Sofía tuvo una idea. "¿Y si creamos un club de ciencias en la escuela donde todos aprendamos juntos?" - sugirió.
Todos estuvieron de acuerdo y así crearon el "Club de la Magia y la Ciencia", donde invitarían a todos sus compañeros, incluso a Morticia, que sería una sabia maestra. Cuando les tocó regresar, les prometieron que volverían para visitar a sus nuevos amigos.
Al regresar al aula, la maestra Carla sonrió. "¿Qué hicieron hoy?" - preguntó. Los niños, llenos de entusiasmo, le contaron su aventura mágica. "La ciencia y la magia pueden ir de la mano" - concluyó Sofía, mientras todos asentían con la cabeza.
Y así, en la escuela 'El Arco Iris', los niños aprendieron que la amistad, el respeto y el conocimiento pueden abrir puertas a mundos maravillosos. Desde ese día, cada vez que tenían un problema en la escuela, Sofía y sus amigos siempre recordaban su aventura y cómo, con valentía y amabilidad, podían cambiar el mundo.
Fin.
FIN.