La Aventura Nocturna de Amaya



Era una noche tranquila en la casa de Amaya. La luna brillaba en el cielo, y las estrellas parpadeaban como si quisieran contarle un secreto. Amaya, una niñita con una gran imaginación, sabía que era hora de preparar su rutina nocturna.

“¡Mamá, tengo hambre! ” - dijo Amaya enérgicamente. Su mamá sonrió y la llevó a la cocina.

“Hoy vamos a tener una cena especial, ¿qué te parece una pizza de verduras? ” - propuso su mamá mientras comenzaban a reunir los ingredientes.

“¡Me encanta la pizza! Pero, mamá, puedo ayudarte a poner los ingredientes.! ” - respondió Amaya emocionada.

Entre risas y juegos, madre e hija prepararon la pizza. Amaya cortaba los pimientos y la cebolla con cuidado, mientras su mamá le contaba historias de cuando ella era pequeña.

Con la cena lista, ambas se sentaron a la mesa. - “¡Qué rica que está! Eres una chef increíble, Amaya” - elogió su mamá.

“Gracias, mamá. Quiero aprender a cocinar más cosas” - dijo Amaya con la boca llena, pensando en que un día podría hacer un gran banquete.

Al terminar la cena, Amaya se levantó. - “¡Ahora me lavo los dientes! ” - anunció.

“¡Así es! Recuerda cepillarte muy bien, y no te olvides de la parte de atrás” - le recordó su mam.

Amaya se dirigió al baño, donde se miró al espejo con una sonrisa.

“¡Soy una superhéroe de los dientes! ” - gritó mientras desperdició un poco de pasta de dientes y comenzó a cepillarse.

Cuando terminó, no solo tenía los dientes limpios, sino también una gran sonrisa. - “¡Listo! ¿Y ahora? ” - preguntó con alegría.

“Ahora es tiempo de sumergirnos en las páginas de nuestros cuentos favoritos” - dijo su mamá, y Amaya saltó de alegría. Ambas se acomodaron en la cama, y su mamá comenzó a leer un cuento sobre un dragón que soñaba con volar alto.

Pero justo cuando el dragón estaba a punto de alcanzar las nubes, ¡se escuchó un fuerte ruido afuera!

“¿Qué fue eso, mamá? ” - preguntó Amaya con un poco de miedo.

“No lo sé, pero vamos a averiguarlo juntas” - afirmó su mamá, con decisión.

Ambas se asomaron por la ventana y vieron a un grupo de chicos en el parque, riendo y jugando.

“Parece que están volando una cometa. ¡Qué divertido! ” - dijo Amaya, olvidando su miedo.

“Así es, amor. A veces, lo que parece ser un susto, en realidad es una oportunidad para maravillarse con algo nuevo. ¿Te gustaría que soñemos que somos parte de esa aventura? ” - propuso su mamá.

“¡Sí! Quiero ser una chica que vuela en cometas en el cielo! ” - exclamó Amaya, mientras su mente comenzaba a crear imágenes de nubes, vientos y risas.

Continuaron leyendo y cada página las llevaba más lejos en su aventura. Amaya se imaginaba volando alto en el cielo junto al dragón.

“¡Mamá! Estoy soñando que soy la amiga del dragón y vamos a un castillo en las nubes” - dijo entusiasmada.

“¡Qué lindo! Y yo puedo ser la reina del castillo que organiza grandes fiestas para todos los que vuelan. ¿Te gustaría? ” - respondió su mamá, y ambas se dejaron llevar por el momento.

Cuando el cuento terminó, la luna brillaba intensamente, iluminando el cuarto de Amaya.

“Es hora de dormir, mi pequeña aventurera” - dijo su mamá mientras le daba un beso en la frente. - “Recuerda que los mejores sueños siempre están por llegar.”

“Sí, mamá, los sueños son como las estrellas: siempre brillan, incluso cuando no los vemos. Mañana seguiré siendo una superhéroe de los dientes y una exploradora de cometas” - respondió Amaya con una sonrisa antes de cerrar los ojos.

Y así, en su cama, con su madre a su lado, Amaya se zambulló en un sueño lleno de dragones, castillos y cometas. Esta noche, a pesar de sus miedos, había descubierto que todo era posible si se dejaba llevar por su imaginación.

FIN.

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