La aventura nocturna de Anya y Louis



Era una noche oscura en Peckham y Anya se disponía a regresar a su casa junto a su travieso perro Louis.

Mientras caminaban por las solitarias calles, Anya le recordaba a Louis lo importante que era mantenerse atento y seguro en todo momento. -Louis, recuerda que estamos en la ciudad y debemos cuidarnos el uno al otro. No podemos confiarnos, ¿entendido? -le instaba con cariño. Louis, moviendo la cola, asentía con entusiasmo.

De repente, en una esquina, avistaron a un gato negro que les hacía señas con la pata para que lo siguieran. Sorprendidos, Anya y Louis decidieron seguir al gato, pero pronto se dieron cuenta de que estaban perdidos en un callejón misterioso.

De repente, el gato desapareció y una densa niebla cubrió el callejón. Anya, manteniendo la calma, llamó a Louis y continuaron caminando juntos, buscando la salida. Finalmente, divisaron una luz tenue al final del callejón y se dirigieron hacia allí.

Al llegar, encontraron a un grupo de amables personas que estaban de paseo nocturno con linternas. Anya les explicó su situación y ellos gentilmente las guiaron de regreso a su casa. Una vez a salvo, Anya abrazó a Louis con gratitud.

-¡Ves, Louis! Siempre es importante estar atentos y no seguir extrañas señales. Debemos confiar en nuestros instintos y buscar ayuda si nos encontramos en aprietos. Louis movió la cola con alegría, aprendiendo la valiosa lección de esa noche.

FIN.

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