En un pequeño y colorido pueblo llamado Verdilandia, habitaba una niña llamada Lila.
Ella era muy curiosa y siempre le gustaba explorar.
Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con un simpático conejo llamado Toño.
- "¡Hola!
Soy Toño.
¿Quién sos vos?" - dijo el conejo moviendo sus orejas.
- "Hola, soy Lila.
¿Y qué haces aquí?" - respondió la niña, intrigada.
Toño le explicó que estaba en una misión muy importante.
Él era el Guardián de la Nutrición y tenía que asegurarse de que todos los habitantes de Verdilandia consumieran los alimentos correctos para mantener su energía y salud.
- "¿Alimentos?
Me encantan las galletitas y los pasteles.
¿Son buenos para mí?" - preguntó Lila.
- "Algunas cosas están bien, pero si sólo comes eso, te quedarás sin energía y no podrás jugar bien.
A los cuerpos les gustan los alimentos que dan energía, como frutas, verduras y granos.
¡Vamos, mostrémoselo!" - dijo Toño entusiasmado.
Lila y Toño decidieron visitar a sus amigos: el pato Pablo, la ardilla Sara y la tortuga Tobi.
Primero, fueron a la casa de Pablo.
- "Hola, Pablo.
¿Te gustaría unirte a nosotros?
Estamos aprendiendo sobre nutrición y energía.
"
- "¡Claro!
Pero antes de ir, voy a comer una bolsa de papas fritas, ¡deliciosas!" - respondió Pablo.
Toño frunció el ceño.
- "Pablo, si comes muchas papas fritas, vas a sentirte cansado y sin energía.
Las papas fritas son ricas en calorías, pero no te dan la energía duradera que necesitas para jugar con nosotros.
¡Probá una manzana!
Te aportará vitaminas y energía".
Pablo dudó un momento, pero luego aceptó.
_- "Está bien, voy a probarla, pero sólo porque vos lo decís, Toño.
"_
El grupo siguió su camino y fueron a ver a Sara, que estaba almorzando.
- "¡Hola, Sara!
¿Qué comés?"
- "Estoy comiendo un sandwich con mucha mayonesa y queso.
¡Está riquísimo!" - respondió la ardilla.
- "Espera, ¿sabés que el queso y la mayonesa tienen muchas grasas?
Eso no nos va a ayudar si queremos jugar y correr.
¿Nos acompañás a buscar comida más nutritiva?" - insistió Toño.
- "De acuerdo.
Tal vez podría añadirle un poco de lechuga y tomate.
"
Lila y Toño sonrieron, ¡Sara estaba lista para hacer un cambio!
Finalmente, llegaron a la casa de Tobi la tortuga.
- "Hola, Tobi.
¿Qué tal?
¿Te gustaría unirte a nuestra aventura nutricional?"
- "¡Hola, amigos!
Pero primero quiero comer.
¡Voy a comer mi torta de chocolate!" - exclamó Tobi con entusiasmo.
- "¡Es deliciosa!
Pero Tobi, si siempre comés lo dulce, tu cuerpo puede no sentirte bien y no tendrás la energía para jugar con nosotros!" - dijo Lila, preocupada.
- "Es verdad, Tobi.
¿Qué tal si compartimos una merienda más saludable?" - sugirió Toño.
El grupo se puso a pensar.
Juntos decidieron hacer un picnic con frutas, verduras, y algunas galletas integrales.
- "Viejo, ¡esto está genial!" - dijo Tobi con la boca llena de zanahorias.
- "¡Sí!
¡Me siento con mucha energía y listo para jugar!" - dijo Pablo, saltando de alegría.
- "¡Gracias, Toño!
Hoy aprendimos algo maravilloso: la buena alimentación es importante para la energía y para jugar" - sonrió Lila.
Así, Lila y sus amigos se divirtieron todo el día, corriendo por el bosque, subiendo árboles y riendo juntos.
Y, aunque los dulces eran sabrosos, aprendieron a disfrutarlos con moderación.
Al final del día, mientras el sol se ponía, volvieron a casa.
- "Ojalá todos en Verdilandia aprendan sobre la energética y la nutrición.
¡Vamos a compartirlo!" - dijo Lila.
- "Sí, se lo diremos a todos nuestros amigos para que también sean felices y saludables" - agregó Toño emocionado.
Así, Lila y Toño no solo aprendieron sobre alimentos, calorías, energía y nutrición, sino que también se convirtieron en los mejores amigos y en los embajadores de una vida saludable en Verdilandia.
Y siempre recordaron que cada bocado que daban era una pequeña decisión para sentirse bien y tener energía para seguir jugando.
Fin.