La Aventura Salvaje de Isabella y su Amiga
Isabella estaba emocionada porque iba a ir de excursión con su clase. Era la primera vez que salía del colegio sin sus padres y quería disfrutar al máximo.
El autobús llegó temprano por la mañana y todos los niños subieron rápidamente, saludando a sus amigos con entusiasmo. Isabella se sentó junto a su mejor amiga Lucía y comenzaron a charlar sobre todo lo que iban a hacer en la excursión.
Después de un largo viaje, llegaron al destino: un hermoso parque natural rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos. El guía turístico les explicó las reglas del lugar y les indicó el camino que debían seguir para llegar al campamento donde pasarían la noche.
- ¡Vamos chicas! -exclamó Isabella-. ¡No quiero quedarme atrás! Las dos amigas corrieron hacia el sendero señalado, riendo y cantando. Pero pronto se dieron cuenta de que habían perdido el camino principal. - ¿Qué hacemos ahora? -preguntó Lucía preocupada-.
Ya es tarde y no podemos volver solas.
Isabella pensó por un momento y recordó una conversación que había tenido con su abuelo sobre cómo sobrevivir en la naturaleza:- Escucha, creo que puedo guiarnos si seguimos estas huellas -dijo señalando unas marcas en el suelo-. Mi abuelo me enseñó cómo leerlas cuando fuimos de camping juntos. Lucía asintió impresionada e Isabella tomó el liderazgo de la expedición improvisada. Caminaron durante horas, sorteando obstáculos como troncos caídos y senderos estrechos.
La noche comenzaba a caer cuando finalmente llegaron al campamento. Todos los demás niños estaban preocupados por ellas, pero Isabella y Lucía se sintieron como verdaderas heroínas.
Habían sobrevivido en la naturaleza gracias a sus habilidades y trabajo en equipo. La excursión continuó con muchas más aventuras, pero para Isabella esa experiencia fue especial. Descubrió que tenía una fuerza interior que no conocía antes y aprendió la importancia de estar preparada para cualquier situación.
Al volver a casa, le contó todo lo sucedido a su abuelo quien estaba muy orgulloso de ella:- ¡Eres una verdadera exploradora! -le dijo sonriendo-. Nunca pierdas esa valentía e ingenio que tienes dentro.
Isabella sabía que nunca olvidaría aquel viaje de excursión donde descubrió un lado desconocido de sí misma y aprendió lecciones valiosas para toda la vida.
FIN.