La aventura solidaria de Encu y Mario


. Encu era un niño curioso y aventurero, siempre buscando nuevas experiencias para compartir con su inseparable amigo Mario, quien lo acompañaba a todas partes.

Un día, mientras caminaban por el bosque, se encontraron con una ardilla muy triste que lloraba desconsolada. Encu se acercó a ella y le preguntó qué le pasaba. "Mi hogar ha sido destruido por unos cazadores furtivos y ahora no tengo donde vivir", respondió la ardilla entre sollozos.

Encu sintió mucha tristeza al ver a la pequeña ardilla en esa situación y decidió ayudarla. Junto con Mario, buscaron ramas y hojas secas para construirle un nuevo hogar en un árbol cercano.

La ardilla estaba muy agradecida por la ayuda que recibió de los dos amigos y les prometió que siempre estaría allí para ellos si alguna vez necesitaban algo. Continuando su camino por las montañas, llegaron a un río cristalino donde se encontraron con una familia de nutrias jugando entre sí.

Encu y Mario se acercaron lentamente para no asustarlas pero una de ellas notó su presencia y salió del agua para saludarlos. "Hola amigos! ¿Qué hacen por aquí?", preguntó la nutria amistosamente.

"Estamos explorando las montañas en busca de aventuras", respondió Encu entusiasmado. La nutria les contó sobre los peligros del río durante ciertas épocas del año cuando crece mucho el caudal. Les advirtió que tuvieran cuidado al cruzarlo si volvían después de llover.

Encu agradeció la información y decidió que sería una buena idea llevar un mapa de las montañas para estar siempre preparados en caso de cualquier emergencia.

Más adelante, mientras subían por una empinada colina, se encontraron con una cabra que estaba atrapada entre unas rocas. Encu y Mario no dudaron ni un segundo en ayudarla a salir de allí. Con paciencia y esfuerzo lograron liberarla. "Muchas gracias amigos", dijo la cabra aliviada. "Pensé que nunca saldría de aquí".

La cabra les preguntó si necesitaban algo a cambio pero Encu y Mario le dijeron que no era necesario, ya habían hecho lo correcto al ayudarla sin esperar nada a cambio.

Finalmente, después de un largo día lleno de aventuras, regresaron a casa agotados pero felices por haber podido ayudar a otros seres vivos en su camino.

Encu aprendió muchas cosas durante ese día: la importancia de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, el valor del trabajo en equipo y la importancia de estar siempre preparado ante cualquier situación imprevista. Desde entonces, cada vez que salía con Mario en busca de aventuras tenía presente estas valiosas enseñanzas.

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