La aventura solidaria de los tres amigos




Había una vez en un colegio de primer grado, tres amigos inseparables: Martín, Sofía y Juan. Un día, la maestra les habló sobre la importancia de ser solidarios y ayudar a quienes lo necesitan. Los tres amigos se emocionaron con la idea de ayudar a los demás.

Al día siguiente, mientras jugaban en el patio del colegio, vieron a un niño nuevo llamado Pedro llorando en un rincón. Decidieron acercarse y preguntarle qué le pasaba.

"¿Qué te pasa, Pedro?", preguntó Martín con preocupación.

"Soy nuevo y no tengo amigos para jugar", respondió Pedro entre sollozos.

Los tres amigos se miraron y sin dudarlo, le dijeron a Pedro: "¡Nosotros seremos tus amigos!"

A partir de ese día, los cuatro amigos se convirtieron en inseparables. Sin embargo, pronto descubrieron que había otros niños en el colegio que también se sentían solos. Decidieron entonces organizar un plan para que todos los chicos del colegio se sintieran incluidos y felices.

Primero, prepararon carteles con bonitos mensajes y los pegaron por todo el colegio para hacerles sonreír a sus compañeros. Luego, propusieron a la maestra organizar un juego en el que todos pudieran participar juntos. La maestra aceptó encantada y los niños pasaron un día lleno de risas y diversión.

Poco a poco, la actitud solidaria de Martín, Sofía, Juan y Pedro empezó a contagiarse entre todos los alumnos del colegio. Las risas se volvieron más frecuentes y todos se sentían parte de un gran equipo.

Con el tiempo, los cuatro amigos se dieron cuenta de que la solidaridad no solo había alegrado a los demás, sino que también había fortalecido su amistad. Se sintieron felices de haber tomado la decisión de ayudar a los demás y prometieron que seguirían haciéndolo todos los días.

Desde entonces, en ese colegio, la solidaridad se convirtió en una aventura diaria y todos los niños aprendieron que, cuando se unen para ayudar a los demás, los corazones se llenan de alegría.

FIN.

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