La aventura temporal de la escuela



Era un día común en la escuela primaria "Rincón de Sueños" cuando Tomás y Julia, dos amigos inseparables, decidieron explorar el viejo sótano del edificio. La maestra siempre les decía que había cosas muy antiguas, pero nunca se habían atrevido a mirar. Al abrir una puerta chirriante, se encontraron frente a una extraña máquina. Era reluciente, llena de luces y botones.

"¡Mirá, Julia! ¿Qué es eso?" dijo Tomás, con los ojos desorbitados.

"No tengo idea, pero parece sacada de una película de ciencia ficción" respondió Julia, cautivada.

Después de unos minutos de investigación, los chicos se dieron cuenta de que la máquina era, efectivamente, una máquina del tiempo.

"¿Te imaginas a dónde podemos ir?", preguntó Tomás.

"Podríamos visitar a los dinosaurios, o ver cómo era la escuela en el pasado", sugirió Julia.

Decidieron dar un salto a la época de los dinosaurios. Apretaron un botón y, de repente, un torbellino de luces los rodeó. Cuando se detuvieron, estaban frente a un enorme T-Rex.

"¡Escapemos!", gritó Tomás, mientras ambas corrían.

"¡No puedo creerlo! ¡Los dinosaurios son reales!", exclamó Julia.

Luego de una carrera desenfrenada, se dieron cuenta de que no podían cambiar nada en ese tiempo.

"¡Tomás! Tiene sentido, si hacemos algo distinto, podríamos alterar todo el futuro" dijo Julia preocupada.

"Sí, no vale la pena arriesgarlo. Volvamos a casa" sugirió él.

Así que volvieron a la máquina y regresaron a su tiempo, pero algo no estaba bien. Habían dejado la puerta de su escuela abierta y, cuando llegaron, toda la escena que conocían había cambiado.

Las reglas eran distintas, las materias eran mucho más difíciles, y los amigos de Tomás y Julia parecían más distantes.

"¡Esto no puede ser! ¡Quizás nuestras acciones en el pasado alteraron el futuro!", dijo Julia, angustiada.

"Vamos a arreglarlo", contestó Tomás decidido.

Así que juntos decidieron regresar a la era de los dinosaurios para asegurarse que no iba a pasar nada que afecte el futuro. Antes de salir, sin embargo, Tomás tuvo una idea.

"¿Y si hacemos algo positivo? Quizá, en vez de cambiar el pasado, podemos aprender de él para mejorar nuestro presente".

"¡Eso es! ¡Aprenderemos de los dinosaurios!" dijo Julia con entusiasmo.

Y así, viajaron a la era de los dinosaurios, no para cambiar nada, sino para observar y aprender sobre la vida en la Tierra. Juntaron información sobre la fauna, el clima y cómo los dinosaurios se adaptaban a su entorno.

Después de pasar un día fascinante, regresaron a su tiempo y se pusieron a trabajar. Usaron todo lo que habían aprendido para hacer un proyecto sobre la adaptación y el respeto al medio ambiente.

El resultado fue espectacular. Su proyecto se presentó en la feria de ciencias de la escuela, e inspiró a todos a cuidar el planeta.

Al final, Tomás y Julia se dieron cuenta que, aunque tenían una máquina del tiempo en sus manos, el verdadero poder estaba en aprender del pasado para hacer un futuro mejor.

Desde ese día, la máquina quedó guardada, pero sus corazones quedaron llenos de aventuras y sueños por realizar, siempre recordando que lo más importante no es cambiar el pasado, sino aprovecharlo para crear un mundo más amable y lleno de amor.

FIN.

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