La Avispa y la Mariposa



En un lugar muy lejano, vivían una avispa llamada Miel y una mariposa llamada Aurora. Eran mejores amigas y les encantaba viajar juntas, explorando los rincones más bellos y fascinantes de su mundo. Un día, mientras volaban felices, una repentina lluvia las sorprendió. Miel logró refugiarse, pero Aurora, con sus delicadas alas, sufrió un accidente que la dejó lastimada. Miel, preocupada por su amiga, decidió cuidarla y llevarla a su hogar.

Miel construyó con cuidado un pequeño refugio para Aurora, colocando suavemente a su amiga mariposa en su interior. Durante días, Miel se ocupó de reconfortar a Aurora, brindándole amor, protección y cuidados. Le trajo néctar de las más hermosas flores y le contaba historias de sus viajes para animarla.

Con el paso del tiempo, las alas de Aurora sanaron poco a poco, gracias al amor y dedicación de su amiga avispa. Finalmente, llegó el día en que Aurora pudo extender sus alas y volar nuevamente. Llena de gratitud, se posó suavemente sobre el hombro de Miel y le dijo: "Gracias, querida amiga, por cuidarme con tanto cariño. Has demostrado que la verdadera amistad es un tesoro invaluable."

Desde entonces, Miel y Aurora continuaron sus aventuras juntas, pero con un vínculo aún más fuerte. A menudo recordaban el invaluable cuidado y apoyo mutuos que los había unido en un lazo indestructible.

FIN.

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