La ayuda inesperada

Había una vez un escritor llamado Edgar Allan Poe, quien se encontraba en su estudio escribiendo un nuevo cuento de terror. De repente, escuchó un ruido extraño que venía desde la ventana.

- ¿Quién está ahí? - preguntó Poe con temor. - Soy yo, el Gato - respondió una voz suave y amigable. Poe abrió la ventana y vio a un pequeño gato negro parado en el alféizar.

El gato tenía unos ojos verdes brillantes y una cola larga y esponjosa. - ¿Qué haces aquí, pequeño amigo? - preguntó Poe mientras acariciaba al gato detrás de las orejas. - Vine a ayudarte a escribir tu historia de terror.

Sé mucho sobre ese tema - respondió el Gato con orgullo. Poe sonrió y le ofreció al Gato un lugar en su mesa para que pudiera ayudarlo con su historia. Mientras trabajaban juntos, el Cuervo llegó volando por la ventana.

- ¡Nunca más! ¡Nunca más! - graznó el Cuervo mientras se posaba en la botella de tinta de Poe. - Tranquilo amigo, estamos trabajando en una historia interesante. ¿Quieres ayudarnos también? - preguntó Poe amablemente. El Cuervo asintió emocionado y comenzaron a trabajar juntos en equipo.

Pero justo cuando pensaban que todo estaba perfecto, algo inesperado ocurrió: La botella de tinta se cayó accidentalmente sobre los papeles recién escritos, arruinándolos por completo. Poe se sintió frustrado e incapaz de continuar escribiendo esa noche.

Pero entonces, el Gato y el Cuervo se unieron para animarlo. - No te preocupes, amigo Poe. Podemos ayudarte a limpiar esto y comenzar de nuevo - dijo el Gato mientras saltaba sobre la mesa.

- ¡Sí! ¡Nunca más dejaremos que algo así vuelva a pasar! - agregó el Cuervo con determinación. Poe se sintió inspirado por su trabajo en equipo y juntos lograron escribir una historia aún mejor que antes.

Al final del día, aprendió que no importa cuántos obstáculos se presenten en el camino, siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos si trabajamos juntos como equipo. Y así fue como Edgar Allan Poe, el Gato y el Cuervo escribieron la mejor historia de terror de todas.