La ballena amiga



Había una vez, en un pequeño pueblo costero de Argentina, dos hermanos llamados Catalina y Lautaro Castillo. Ambos eran muy unidos y siempre se divertían juntos explorando los alrededores del bosque y la playa.

Un día, mientras jugaban cerca de las rocas del mar, Lautaro resbaló y cayó al agua. Catalina intentó ayudarlo pero no pudo alcanzarlo a tiempo. El fuerte oleaje arrastró a su hermano mar adentro. Catalina estaba desesperada y lloraba sin parar.

No sabía qué hacer ni cómo encontrar a su hermano en medio del inmenso océano. Pero entonces recordó que su abuelo le había enseñado a navegar cuando era más joven.

Decidió poner en práctica lo que había aprendido para buscar a Lautaro. Con valentía, Catalina tomó el barco de su abuelo y navegó hacia el horizonte. Durante horas buscó sin éxito a su hermano perdido en el mar. La noche llegaba y la esperanza comenzaba a desvanecerse.

De repente, Catalina escuchó un sonido extraño detrás de ella. Se dio vuelta rápidamente para ver qué era y descubrió que era una ballena gigante que estaba nadando junto al barco.

"¡Hola amiga ballena! ¿Puedes ayudarme? Estoy buscando a mi hermano Lautaro", dijo Catalina con voz temblorosa. La ballena pareció entenderla e hizo señales con sus enormes aletas como si quisiera indicarle algo.

Entonces la llevó hacia una isla cercana donde Catalina encontró a su hermano, que estaba ileso y esperando ser rescatado. Catalina abrazó a su hermano con fuerza y le contó todo lo que había pasado. Luego subieron al barco de nuevo junto a la ballena amiga y regresaron a casa.

Desde entonces, Catalina y Lautaro aprendieron la importancia de no perder nunca la esperanza y la valentía en situaciones difíciles. Y siempre recordaron el maravilloso día en que una ballena les ayudó a encontrar el camino de vuelta a casa.

FIN.

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