La Ballena Bella y el Mar de Amistades
En un vasto y hermoso océano, vivía una ballena llamada Valeria. Valeria era una ballena grande y fuerte, pero a veces se sentía un poco incómoda con su peso. En su corazón, quería ser la más bella de todas las criaturas marinas. Ella admiraba a las elegantes tortugas, a los saltarines delfines y sobre todo, a las majestuosas estrellas de mar.
Una mañana, mientras nadaba cerca de un colorido arrecife, Valeria escuchó a las tortugas charlando.
"¡Miren lo linda que es la tortuga Rosa!", dijo una de las tortugas.
"¡Oh sí! Tiene el caparazón más brillante de todos!", respondió otra.
Valeria sintió un piquito de envidia, pero también una chispa de determinación. "Necesito encontrar la manera de ser tan bella como ellas", se dijo.
Así que un día, decidió ir de visita a la isla de los delfines, conocidos por sus acrobacias y su belleza. Habló con Dimi, el delfín más gracioso de todos.
"Dimi, quiero ser hermosa como ustedes. ¿Qué deberia hacer?"
"Solo necesitas aprender a saltar, ¡mira!" Dimi dio un gran salto y se sumergió de nuevo.
Valeria intentó saltar, pero en lugar de elevarse con gracia, su cuerpo hizo una gran ola y casi empapa a todos los delfines.
"¡Ups!", se rió Valeria.
Aunque no pudo saltar como Dimi, ella no se desanimó. Volvió a casa, pensando en cómo podría brillar a su manera. En su camino, vio a las estrellas de mar y se le ocurrió una idea.
Decidió hablar con Estrella, una estrella de mar simpática.
"Estrella, ¿cómo haces para ser tan hermosa y brillar tanto?"
"¡Oh! Debo ser yo misma y nunca dejar de ser amigable. La belleza viene desde adentro, Valeria."
Valeria se sintió confundida, pero emocionada. Decidió intentar ser su mejor versión, no sólo en apariencia, sino también en corazón.
Al día siguiente, preparó una gran fiesta para todos sus amigos del océano. Los peces, las tortugas y los delfines fueron invitados.
"Vengan a celebrar la belleza del océano con nosotros!", exclamó Valeria emocionada.
El día de la fiesta llegó, y Valeria decoró el lugar con conchas brillantes y coloridos corales. Sin embargo, lo más hermoso fue que ella había organizado juegos, canciones y risas.
A medida que la fiesta avanzaba, todos comenzaron a sentir lo especial que era la ballena Valeria. A medida que reían y jugaban, Valeria se dio cuenta de que no necesitaba ser delgada ni saltar como los delfines para ser hermosa.
"¡Valeria, sos increíble!", dijo un pez payaso, salpicando agua a su alrededor.
"Sos la mejor organizadora de fiestas", dijo otra tortuga.
En ese momento, Valeria sintió una calidez en su corazón. La verdadera belleza provenía de su amabilidad, su risa y su capacidad para compartir felicidad.
Desde ese día, Valeria dejó de preocuparse por su apariencia y comenzó a brillar con su auténtico ser. Y todos sus amigos la amaban, no por su tamaño, sino por su gran corazón.
Y así, la ballena Valeria se convirtió en la más bella del océano, no por su peso, sino por su amor y alegría que irradiaba a su alrededor.
FIN.