La Banda de los Instrumentos Caseros



Había una vez, en un pequeño barrio de Buenos Aires, cinco amigos llamados Martín, Sofía, Lucas, Valentina y Tomás. Estaban muy emocionados porque se acercaba la Navidad y tenían un gran sueño: formar su propia banda de música.

Sin embargo, había un pequeño problema: no tenían dinero para comprar instrumentos. Un día soleado, los cinco amigos se reunieron en el parque para discutir qué podrían hacer.

Martín levantó la mano y dijo: "¡Chicos! ¿Y si construimos nuestros propios instrumentos con lo que tenemos a nuestro alrededor?". Todos los demás asintieron emocionados ante la idea. Sofía miró a su alrededor y vio unas latas vacías tiradas en el suelo.

Rápidamente las agarró y les puso tapas en ambos extremos. ¡Había creado una batería improvisada! Lucas encontró unas maderas largas y delgadas que parecían baquetas perfectas para tocar la batería. Valentina encontró una botella de vidrio vacía y decidió convertirla en una flauta.

Soplaba por uno de los extremos mientras movía sus dedos sobre los agujeros que había hecho con cuidado. El sonido era hermoso. Tomás encontró algunas cuerdas viejas de guitarra abandonadas cerca del banco del parque.

Con ellas construyó un bajo casero utilizando una caja de cartón como cuerpo del instrumento. Mientras tanto, Martín buscaba algo especial para él mismo. De repente, vio unos tubos metálicos apilados junto a un árbol cercano.

Rápidamente los agarró y comenzó a soplar en ellos, creando una melodía encantadora. Había construido su propio instrumento de viento. Con sus instrumentos caseros listos, los cinco amigos se emocionaron mucho y empezaron a tocar juntos en el parque.

La gente que pasaba por allí se detenía para escuchar su música única y creativa. Un hombre llamado Pedro estaba paseando por el parque con su perro cuando escuchó la música de los niños.

Se acercó al grupo y les dijo: "¡Chicos, ustedes son increíbles! ¿Les gustaría tocar en mi tienda de música esta Navidad? Estoy seguro de que a mucha gente le encantaría escucharlos". Los cinco amigos no podían creer lo que estaban oyendo.

Aceptaron emocionados la invitación de Pedro y comenzaron a ensayar aún más duro para su gran presentación. Llegó la noche de Navidad y la tienda de música estaba llena hasta el tope.

Los padres, hermanos y amigos orgullosos aplaudían mientras Martín, Sofía, Lucas, Valentina y Tomás tocaban sus instrumentos caseros con todo su corazón. La gente quedó impresionada por la creatividad y talento de estos jóvenes músicos. Al finalizar su presentación, todos se levantaron para aplaudirles fuertemente.

Desde ese día, Martín, Sofía, Lucas, Valentina y Tomás continuaron tocando juntos como una banda improvisada. Su historia inspiradora se extendió por todo el barrio e incluso recibieron ofertas para tocar en otros lugares.

Lo más importante es que aprendieron una valiosa lección: la creatividad y la pasión pueden superar cualquier obstáculo. No necesitaban instrumentos costosos para hacer música, solo su imaginación y ganas de crear algo hermoso. Y así, estos cinco amigos demostraron al mundo que no hay límites cuando se trata de perseguir tus sueños.

Las navidades siguientes fueron aún más especiales para ellos, ya que recordaban el día en que construyeron sus propios instrumentos con amor y creatividad.

FIN.

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