La banda del río ganador



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, un grupo de animales muy peculiares que vivían juntos en armonía. Estaban el conejo Saltarín, la tortuga Lenta, el pajarito Trinar y la ardilla Ágil.

Cada uno tenía habilidades únicas y estaban siempre dispuestos a ayudarse mutuamente. Un día, el alcalde del pueblo anunció la llegada de un famoso concurso musical. Todos los habitantes se emocionaron y decidieron formar una banda para participar en él.

Saltarín sería el guitarrista, Lenta tocaría el teclado, Trinar sería el cantante principal y Ágil sería la baterista. El problema era que ninguno de ellos sabía cómo componer una canción original para presentar en el concurso.

Decidieron ir a pedirle ayuda al sapo Sabio, quien vivía en lo más profundo del bosque encantado. Cuando llegaron a su hogar, Sabio les dio la bienvenida y escuchó atentamente su petición.

Les dijo que para componer una canción exitosa debían encontrar inspiración en algo especial que los representara como grupo. Los cuatro amigos comenzaron entonces su búsqueda por todo Villa Alegre en busca de esa inspiración tan necesaria. Pero pasaba el tiempo y no lograban encontrarla.

Desanimados, decidieron descansar cerca del río cuando se dieron cuenta de algo inusual: las olas del agua parecían tener ritmo propio mientras chocaban contra las piedras.

Saltarín comenzó a tararear una melodía siguiendo ese ritmo peculiar y pronto todos empezaron a improvisar letras y sonidos. De repente, la canción comenzó a tomar forma y todos se dieron cuenta de que habían encontrado su inspiración en el río. Estaban emocionados, pero faltaba algo más para hacerla realmente especial.

Fue entonces cuando Ágil tuvo una brillante idea: invitar a los demás animales del pueblo a unirse a ellos en el coro. Todos aceptaron entusiasmados y comenzaron los ensayos.

El día del concurso finalmente llegó y Villa Alegre estaba repleto de personas ansiosas por escuchar las presentaciones musicales. El grupo de amigos subió al escenario con su canción "El Ritmo del Río" y sorprendieron a todos con su talento musical.

La melodía se extendió por todo el lugar, haciendo que cada persona cantara y bailara al compás del ritmo contagioso. Fue un éxito rotundo y el jurado no pudo evitar otorgarles el primer premio. Saltarín, Lenta, Trinar y Ágil estaban felices de haber compartido su música con todos los habitantes de Villa Alegre.

Se dieron cuenta de que la verdadera magia estaba en trabajar juntos como equipo y encontrar inspiración en las cosas simples pero hermosas que los rodeaban.

Desde aquel día, la banda musical formada por estos cuatro amigos se convirtió en un símbolo de alegría y unidad en Villa Alegre. Cada vez que tocaban una nueva canción, recordaban la importancia de valorar lo que los hace únicos e inspirarse en ello para alcanzar grandes logros.

Y así fue como Saltarín, Lenta, Trinar y Ágil demostraron al mundo entero que no importa cuán diferentes seamos, siempre podemos encontrar la armonía y la felicidad cuando trabajamos juntos en busca de nuestros sueños.

FIN.

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