La bandera de Juan



Había una vez en la ciudad de Rosario un niño llamado Juan. A Juan le encantaba dibujar y pintar, y pasaba horas creando obras de arte con sus lápices y papeles.

Un día, mientras caminaba por las calles de su ciudad, vio muchas banderas diferentes ondeando en los edificios y en los parques. Cada una tenía colores y diseños únicos que representaban a distintos grupos o países.

Juan pensó que sería genial tener una bandera propia para representar a su ciudad. Así que se dedicó a crear un diseño especial para ella. Primero, decidió utilizar el color azul claro por el río Paraná que cruzaba la ciudad.

Luego eligió el amarillo por el sol brillante que siempre iluminaba Rosario. Y finalmente, agregó una franja blanca para simbolizar la paz entre todas las personas de la ciudad. Con mucho orgullo, Juan presentó su diseño a su familia y amigos.

Todos quedaron impresionados por lo hermosa que era su bandera. "¡Wow! ¡Es increíble! ¿Cómo se te ocurrió este diseño tan original?"- preguntó su mejor amigo Tomás. "Bueno, solo quería crear algo que representara nuestra hermosa ciudad"- respondió Juan sonriendo.

Pero no todos estaban contentos con la nueva bandera. Un grupo de niños mayores se burlaron del diseño diciendo que parecía "una pijama" o "un huevo frito". Juan se sintió muy triste al escuchar esto pero no dejó que les afectara demasiado.

Sabía lo importante que era estar orgulloso de su trabajo y seguir adelante sin importar lo que los demás pensaran. Un día, mientras paseaba por el centro de la ciudad, Juan notó algo extraño.

En cada edificio y parque donde solían ondear las banderas antiguas, ahora había una nueva bandera... ¡su bandera!"¡Mira, mamá! ¡Es mi bandera! ¡La están usando en toda la ciudad!"- exclamó Juan emocionado.

"¡Qué orgulloso debes estar! Tu diseño es hermoso y representa muy bien nuestra ciudad"- dijo su madre con ternura. Desde ese día en adelante, la bandera diseñada por Juan se convirtió en el símbolo oficial de Rosario. Y todos los habitantes estaban orgullosos de ella.

Juan aprendió que no importa cuántas personas se burlen o critiquen su trabajo, siempre debe seguir sus sueños y creer en sí mismo. Y así fue como un niño pequeño logró crear algo grande para su comunidad.

FIN.

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