La Barba Mágica y la Bruja Malicia
Había una vez, en la hermosa ciudad de París, un mágico y peculiar personaje llamado Barba Mágica.
Este ser extraordinario no era un simple mago, sino que su barba larga y blanca poseía poderes especiales que le permitían ayudar a los demás. Barba Mágica vivía en una pequeña casa cerca del río Sena. Todos los días se levantaba temprano y se dirigía al parque de la ciudad para observar a los niños jugar.
Sin embargo, algo le preocupaba profundamente: había notado que algunos de esos pequeños tenían marcas de tristeza en sus rostros. Un día, mientras paseaba por el parque, Barba Mágica escuchó sollozos provenientes de detrás de unos arbustos.
Se acercó con sigilo y descubrió a un niño llamado Tomás llorando desconsoladamente. "¿Qué te pasa, mi querido amigo?", preguntó Barba Mágica con ternura. Tomás miró sorprendido al ver a aquel hombre con una barba tan especial. "Nadie me quiere", dijo entre lágrimas.
"Mis padres siempre están ocupados y nunca tienen tiempo para mí". Barba Mágica sintió mucha tristeza por Tomás y decidió hacer algo al respecto.
Con un toque mágico en su barba, creó una burbuja protectora alrededor del niño y lo llevó volando hasta su casa. Al llegar allí, Tomás descubrió que la casa de Barba Mágica estaba llena de libros mágicos y juguetes divertidos. Pero lo más importante era el amor que emanaba de cada rincón.
"Tomás, aquí encontrarás un lugar donde siempre serás amado y cuidado", dijo Barba Mágica con una sonrisa. A partir de ese día, Tomás se convirtió en el primer niño que vivía con Barba Mágica.
Juntos, comenzaron a buscar a otros niños maltratados y solitarios para ofrecerles un hogar lleno de amor y alegría. Sin embargo, no todo fue fácil. Una noche, mientras todos dormían plácidamente, la malvada bruja Malicia decidió hacerle una visita a Barba Mágica.
Ella estaba celosa de la felicidad que había creado en su casa y quería acabar con ella. La bruja Malicia lanzó un hechizo oscuro sobre la casa de Barba Mágica, haciendo desaparecer los juguetes mágicos y los libros encantados.
Pero lo más importante era el amor que emanaba del corazón bondadoso del mago barbudo. Cuando Tomás despertó y vio lo que había pasado, sintió mucha tristeza pero también determinación.
Sabía que debían recuperar todo lo perdido para volver a traer alegría a aquellos niños maltratados. Con valentía, Tomás se acercó a Barba Mágica. "No podemos rendirnos", le dijo. "Juntos podemos enfrentar cualquier desafío". Barba Mágica sonrió orgulloso al escuchar las palabras sabias de Tomás.
Juntos idearon un plan para derrotar a la bruja Malicia y recuperar todo lo perdido. Con sus poderes especiales combinados y el amor inmenso que sentían por los demás, Barba Mágica y Tomás lograron enfrentarse a la bruja Malicia y derrotarla.
La casa volvió a ser un lugar mágico lleno de alegría y felicidad. Desde aquel día, Barba Mágica y Tomás continuaron ayudando a los niños maltratados, ofreciéndoles un hogar donde siempre serían amados y cuidados.
Juntos, crearon una gran familia llena de risas y sueños cumplidos. Y así, en la hermosa ciudad de París, la barba mágica del mago bondadoso se convirtió en símbolo de esperanza para todos los niños que necesitaban amor y protección.
FIN.