La batalla de cuentos en la Escuela Primaria Los Amigos



En la escuela Primaria "Los Amigos", en el barrio de Villa Feliz, la señorita Laura decidió organizar una emocionante actividad para fomentar la creatividad y el amor por la lectura en sus alumnos de cuarto grado.

Así fue como surgió la idea de realizar una Batalla de Cuentos, donde los niños tendrían que escribir y contar su propia historia frente a toda la clase.

Los chicos estaban muy entusiasmados con la propuesta, ya que muchos de ellos tenían mucha imaginación y les encantaba inventar todo tipo de aventuras. Sin embargo, había un alumno llamado Tomás que no se sentía tan seguro de sí mismo. Siempre había sido un niño tímido y le costaba expresarse en público.

El día de la Batalla de Cuentos llegó y todos los niños estaban nerviosos pero ansiosos por mostrar sus relatos.

La primera en subir al frente fue Sofía, quien narró una historia sobre una princesa valiente que salvaba a su reino de un dragón malvado. Todos aplaudieron emocionados al terminar su relato. Luego fue el turno de Martín, quien contó acerca de un pirata intrépido en busca del tesoro más grande del mundo.

Los compañeros escuchaban atentamente cada palabra, maravillados por las aventuras descritas por Martín. Finalmente, llegó el momento temido para Tomás.

Con paso vacilante se acercó al frente y comenzó a relatar su cuento:"Érase una vez un árbol solitario en medio del bosque, cuyas hojas brillaban con colores nunca antes vistos... "A medida que Tomás continuaba con su relato, algo mágico empezó a suceder. Sus palabras cobraban vida ante los ojos asombrados de sus compañeros.

La timidez dio paso a la confianza y pronto Tomás se encontraba inmerso en su historia, olvidando por completo sus miedos. Al finalizar su cuento, la clase estalló en aplausos y ovaciones para Tomás.

La señorita Laura lo felicitó sinceramente por su increíble narración y todos los chicos se acercaron a él para decirle lo mucho que habían disfrutado su historia. Desde ese día, Tomás descubrió que tenía un talento especial para contar cuentos y perdió el miedo escénico que lo había atormentado durante tanto tiempo.

La Batalla de Cuentos no solo había sido una competencia divertida, sino también una oportunidad invaluable para crecer y aprender a creer en uno mismo.

Y así, entre risas y alegría, los niños de cuarto grado comprendieron que cada uno tiene algo único e importante que ofrecer al mundo, solo hace falta un poco de valentía para hacerlo brillar como las hojas del árbol solitario en medio del bosque.

FIN.

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