La batalla de Hidra y Lila contra Drago
Había una vez, en una aldea rodeada de montañas nevadas, vivía Hidra, una dragona imponente con dos enormes cuernos y una lengua larga como la de una serpiente de cascabel.
A pesar de su aspecto temible, Hidra era amable y siempre estaba en busca de comida entre las rocas gigantes que rodeaban la aldea. Un día, mientras exploraba en busca de bayas y raíces para alimentarse, escuchó unos gritos desesperados.
Se acercó sigilosamente y vio a un grupo de animalitos del bosque atrapados bajo un árbol caído. Sin dudarlo un segundo, Hidra usó su fuerza para levantar el árbol y liberar a los animalitos. Los animalitos, sorprendidos por la valentía y bondad de Hidra, le agradecieron efusivamente.
Entre ellos se encontraba Lila, una zorra astuta y curiosa que se convirtió en la mejor amiga de Hidra. Juntas comenzaron a explorar el bosque y ayudar a quienes lo necesitaban.
Un día, cuando exploraban una cueva misteriosa en lo más profundo del bosque, descubrieron un tesoro brillante custodiado por un feroz dragón malvado llamado Drago. Al ver a Drago amenazando a los animales del bosque para que le sirvieran o enfrentaran su ira, Hidra decidió intervenir.
Con valentía e inteligencia, Hidra ideó un plan para derrotar a Drago y liberar al bosque de su tiranía. Lila colaboró con sus astucia para ejecutar el plan sin errores.
"¡Drago! ¡Basta ya! No permitiremos que sigas asustando a los habitantes del bosque", rugió Hidra con determinación. "¡Ja ja ja! ¿Crees que puedes enfrentarte a mí? Soy el dragón más poderoso de estas tierras", respondió Drago con arrogancia.
Hidra no vaciló y lanzó llamas ardientes hacia Drago mientras Lila distraía al malvado dragón con sus movimientos rápidos e ingeniosos. Finalmente, lograron vencer a Drago y devolver la paz al bosque. Los animales del bosque celebraron junto a Hidra y Lila su valentía y generosidad.
A partir de ese día, Hidra se convirtió en la protectora del bosque junto a su fiel amiga Lila. Juntas demostraron que la verdadera fuerza radica en el coraje, la solidaridad y el trabajo en equipo.
Y así fue como Hidra dejó atrás su reputación temible para convertirse en un símbolo de valentía y bondad en todo el reino mágico donde habitaba.
FIN.