La Batalla de las Formas Geométricas
En un lejano bosque de colores vibrantes, habitaban criaturas de formas geométricas. Allí, un grupo de figuras vivía en armonía, pero había dos bandos que no podían estar más en desacuerdo.
Por un lado, estaban los Triángulos, liderados por el travieso Triángulo Agudo. Era ágil y siempre buscaba aventuras, pero también disfrutaba de las travesuras.
"¡Vamos, Triángulos! ¡Hoy es un gran día para hacer algo emocionante!", gritó Triángulo Agudo, moviendo sus tres puntas con entusiasmo.
Por otro lado, estaban los Cuadrados, liderados por un cuadrado muy serio llamado Cuadrado Sólido. Era conocido por su terquedad y su deseo de mantener todo en orden.
"¡No necesitamos hacer nada emocionante! ¡Lo que necesitamos es experimentar la estabilidad!", replicó Cuadrado Sólido, cruzando sus lados firmemente.
La tensión entre los dos grupos aumentaba. Un día, Triángulo Agudo decidió que había llegado el momento de una gran competencia para demostrar quién era el mejor. Convocó a sus amigos Triángulos y propuso un desafío:
"¡Hagamos una carrera hasta la cima de la Colina de los Números! El que llegue primero será el rey de formas y podrá decidir las actividades de todos. ¿Qué dicen?"
Los Cuadrados, al enterarse del reto, se sintieron obligados a participar. Cuadrado Sólido se puso de pie y dijo:
"¡Nosotros también podemos competir! La estructura es tan importante como la velocidad. ¡No nos vamos a dejar ganar!"
Así que, con gran emoción, las dos bandos comenzaron a prepararse. El día de la carrera, el aire estaba lleno de energía y emoción. Los espectadores, incluidos círculos y rectángulos, se reunieron para ver el espectáculo.
"¡En sus marcas, listos, fuera!", gritó un rectángulo emocionado, y la carrera comenzó.
Los Triángulos corrían rápidamente, utilizando su forma afilada para deslizarse por el terreno. Mientras tanto, los Cuadrados avanzaban con fuerza, aprovechando su estabilidad para no caer.
La carrera estaba reñida.
Al llegar a un punto crítico, ambos grupos se encontraron con un gran obstáculo: un hondo charco. Triángulo Agudo se lanzó al agua sin pensarlo dos veces.
"¡Voy primero!", exclamó mientras nadaba. Pero, al mirar hacia atrás, vio que Cuadrado Sólido, en lugar de saltar al agua, había formado una sólida plataforma con sus amigos Cuadrados.
"¡Chicos, ayudemos a todos!", dijo Cuadrado Sólido.
Juntos crearon una superficie estable para que los Triángulos pudieran cruzar sin mojarse. Todos quedaron sorprendidos.
"Wow, Cuadrados, no sabía que podías ser tan ingeniosos", admitió Triángulo Agudo, mientras se pasaba al lado de los Cuadrados que lo ayudaban.
"¡Pero no podemos detenernos aquí!", dijo Cuadrado Sólido, animando a todos a seguir adelante. La carrera continuó, pero ahora los dos grupos trabajaban juntos, saltando y corriendo, riendo mientras se ayudaban mutuamente.
Finalmente, llegaron todos juntos a la cima de la Colina de los Números, agotados pero felices. Al llegar, Triángulo Agudo y Cuadrado Sólido se miraron y se dieron cuenta de que, a pesar de sus diferencias, habían logrado algo grande juntos.
"Creo que no se trata de ser el rey de las formas", dijo Triángulo Agudo.
"Exactamente. Se trata de colaborar y aprender unos de otros", respondió Cuadrado Sólido.
A partir de ese día, los Triángulos y los Cuadrados decidieron que no compitirían más, sino que unirían sus fuerzas y crearían juntos maravillosas estructuras en el bosque. Esta experiencia les enseñó que cada forma, ya sea un triángulo ágil o un cuadrado sólido, era necesaria para lograr lo que jamás imaginaron.
Desde entonces, el bosque se llenó de risas y creaciones únicas, símbolos de la amistad que había nacido entre ellos. Y así, Triángulos y Cuadrados siguieron explorando el mundo, entendiendo que cada uno tenía su propio lugar y su propio valor.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.