La batalla de los Coaiqueros bravos
Había una vez en el municipio de Ricaurte, un pequeño pueblo con calles empedradas y casas coloridas. En este lugar vivían los indios Coaiqueros mestizos, quienes cuidaban con amor y respeto la tierra que les había visto crecer.
Un día soleado, mientras los niños jugaban en la plaza principal, se escucharon voces desconocidas. Eran los españoles que habían llegado al pueblo en busca de riquezas y poder.
Los habitantes de Ricaurte sintieron miedo al ver a estos extranjeros armados llegar a su hogar. - ¡Debemos proteger nuestro pueblo! -exclamó Valeria, una joven valiente y decidida. Los habitantes se reunieron en la plaza para idear un plan y defender su amado Ricaurte de los invasores.
Decidieron utilizar su astucia y conocimiento del terreno para enfrentarse a los españoles. - Necesitamos actuar con inteligencia y valentía. ¡Juntos podemos vencerlos! -gritó Manuel, el líder de la comunidad.
Con ingenio y determinación, los habitantes prepararon trampas en el bosque cercano al pueblo. Colocaron ramas cubiertas de hojas para ocultarlas a simple vista y cavaron hoyos profundos camuflados con tierra suelta. Estaban listos para enfrentarse a sus adversarios.
Al caer la noche, los españoles avanzaron hacia el pueblo sin sospechar las sorpresas que les esperaban. Al adentrarse en el bosque, cayeron en las trampas preparadas por los valientes habitantes de Ricaurte.
Gritos de sorpresa resonaron en la oscuridad mientras caían uno tras otro en las fosas excavadas. - ¡Lo hemos logrado! ¡Hemos defendido nuestra tierra! -exclamó Valeria entre aplausos y abrazos de alegría. Los españoles, desorientados y derrotados, decidieron retirarse ante la determinación y astucia de los habitantes de Ricaurte.
Desde ese día, el pueblo celebró su victoria recordando siempre la importancia de trabajar juntos y defender lo que aman. Y así, gracias a su valentía e ingenio, los indios Coaiqueros mestizos lograron proteger su hogar frente a cualquier amenaza que pudiera surgir.
Ricaurte seguía siendo un lugar lleno de historia y orgullo, donde cada piedra contaba una historia de resistencia y unidad entre sus habitantes.
FIN.