La batalla de los valores en el bosque encantado



En un lejano bosque de la montaña, vivía un dragón llamado Fuego. Fuego era diferente a los demás dragones, en lugar de ser feroz y temible, él era alegre y amistoso.

Le encantaba jugar con los animales del bosque y ayudar a quienes lo necesitaban. Un día, mientras jugaba con sus amigos mapaches en el claro del bosque, escuchó unos gritos desesperados provenientes de la trampa que los humanos habían colocado para capturar animales.

Sin dudarlo un segundo, Fuego corrió hacia la trampa y vio a un ciervo atrapado en ella. "¡Tranquilo amigo ciervo! Voy a salvarte", exclamó Fuego con determinación.

Con cuidado y astucia, el dragón logró abrir la trampa con su aliento de fuego sin lastimar al ciervo. El animal asustado salió corriendo hacia el bosque, agradecido por la valentía de Fuego. Pero justo en ese momento apareció Trampa, un dragón malvado que disfrutaba haciendo sufrir a los demás animales del bosque.

Trampa se burló de Fuego por ser tan débil y bondadoso. "¿Qué crees que estás haciendo, Fuego? Los humanos pusieron esa trampa por algo ¡Y tú arruinaste todo!" dijo Trampa con malicia.

Fuego no se dejó intimidar por las palabras hirientes de Trampa. Sabía que había hecho lo correcto al salvar al ciervo indefenso. "No me importa lo que pienses, Trampa. Yo siempre voy a ayudar a quienes lo necesiten", respondió Fuego con firmeza.

Trampa enfurecido decidió retar a Fuego a una lucha para demostrar quién era el verdadero dueño del bosque. Ambos dragones se prepararon para enfrentarse en una batalla épica donde solo uno saldría victorioso.

La lucha fue intensa y ferrea; llamas chocando contra llamas, fuerza contra astucia. Parecía que Trampa tenía ventaja por su crueldad y agresividad, pero Fuego tenía algo más poderoso: el amor y la amistad que había sembrado entre los habitantes del bosque durante tanto tiempo.

Con un último esfuerzo, Fuego logró derrotar a Trampa haciéndole entender que la bondad siempre prevalece sobre la maldad en cualquier situación. Tras su derrota, Trampa huyó avergonzado prometiendo no volver jamás al bosque.

Fuego fue aclamado como héroe por todos los animales del bosque quienes reconocieron su valentía y nobleza. Desde ese día en adelante, el nombre de Dragón Fuego resonaría en cada rincón del bosque como símbolo de esperanza y bondad para todos sus habitantes.

FIN.

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