La batalla del dragón



Había una vez en un reino muy lejano, un príncipe llamado Argenis y una princesa llamada Jael. Vivían en un hermoso castillo rodeado de campos verdes y ríos cristalinos.

Todo parecía perfecto, pero había un problema: un malvado mago que vivía en las montañas cercanas estaba causando problemas en el reino. Un día, el mago decidió atacar el castillo con su ejército de monstruos.

El príncipe Argenis y la princesa Jael se dieron cuenta del peligro y rápidamente comenzaron a prepararse para la batalla. "¿Qué vamos a hacer?" preguntó la princesa Jael preocupada. "No te preocupes, mi amada princesa", respondió el príncipe Argenis con valentía. "Yo tengo un plan".

El príncipe Argenis decidió pedir ayuda al único ser capaz de vencer al malvado mago: ¡un dragón! Así que salió del castillo y se adentró en las montañas para buscar al dragón. Después de mucho caminar, finalmente encontró al dragón dormido dentro de una cueva.

Con cuidado lo despertó y le explicó la situación del reino.

Al principio, el dragón no quería ayudar porque creía que los humanos siempre habían sido crueles con él, pero después de escuchar la historia del príncipe Argenis cambió de opinión. "Está bien", dijo el dragón. "Te ayudaré a derrotar al malvado mago". Juntos regresaron al castillo y se prepararon para la batalla.

El ejército del mago llegó pronto, pero el príncipe Argenis, la princesa Jael y el dragón lucharon valientemente contra ellos. Justo cuando parecía que estaban ganando, el malvado mago apareció en persona con su poderoso hechizo.

Parecía que todo estaba perdido, hasta que de repente el dragón lanzó un chorro de fuego sobre él y lo derrotó. La batalla había terminado y el reino estaba seguro una vez más gracias al valor del príncipe Argenis, la astucia de la princesa Jael y la fuerza del dragón.

"Gracias por ayudarnos", dijo el príncipe Argenis al dragón. "Eres un verdadero héroe". "No hay problema", respondió el dragón sonriendo. "Ahora sé que los humanos también pueden ser buenos".

Desde ese día en adelante, el dragón se convirtió en amigo del príncipe Argenis y la princesa Jael. Y juntos gobernaron sabiamente su reino durante muchos años más. Moraleja: nunca subestimes a alguien sólo por su apariencia o reputación; siempre es importante darle una oportunidad a las personas para demostrar quiénes son realmente.

FIN.

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