La batalla final contra Sans
Era un día soleado en el colorido mundo de los monstruos. Frisk, un humano amable y valiente, había llegado a un pueblo donde todos los seres eran diferentes. Su próximo reto era enfrentarse a Sans, un esqueleto divertido y un poco reservado, pero muy fuerte en el combate.
"¡Hola! Soy Frisk " - saludó con una sonrisa al acercarse a Sans.
"Hola, humano. ¿Te gustaría hacer algo de lo que me encanta? ¡Una batalla divertida!" - respondió Sans guiñándole un ojo.
Frisk sintió un cosquilleo de nervios, pero también estaba emocionado por el desafío. Santy eligió enfrentarse al esqueleto porque sabía que, a pesar de su apariencia relajada, había mucho más en Sans.
Cuando empezó la batalla, Sans comenzó a lanzar huesos que parecían flotar en el aire.
"¡Ten cuidado! No quiero lastimarte. " - gritó Sans mientras esquivaba.
Frisk se movía rápidamente, aprendiendo a evitar los ataques que venían de lados inesperados.
"Esto es más difícil de lo que pensé, ¡pero no me rendiré!" - se dijo a sí mismo.
"Eso es lo que me gusta de vos, humano. Mientras más duro te esfuerzas, más divertido se pone esto. ¡Vamos!" - dijo Sans sonriendo.
Frisk recordó algo que había aprendido en su viaje: a enfrentar los retos con resolución y alegría.
"¡Yo no me rindo, Sans! ¡Vamos a seguir!" - gritó mientras encontraba la oportunidad de atacar. En un giro inesperado, desvió uno de los huesos de Sans hacia el lado, y Sans se sorprendió.
"¡Vaya! Estás mejor de lo que pensé. Pero ahora es momento de mostrarte mi verdadera fuerza." - Dijo Sans.
Frisk sintió un escalofrío. Sin embargo, no iba a dejar que el miedo lo detuviera.
"Puede que sea fuerte, pero yo tengo amigos que están de mi lado. ¡No estoy solo!" - gritó con valentía.
Sans lo miró y, al escuchar su respuesta, dejó de atacar.
"¿Amigos? Eso cambia las cosas. Nunca subestimes el poder de la amistad, humano. ¡Está bien! ¿Quieres que juguemos en vez de pelear?"
Frisk se sorprendió. En lugar de pelear, entonces Sans se protegió con su magia, creando un círculo de luz alrededor de ellos.
"Juguemos un juego de camaradería. ¿Qué te parece?" - dijo Sans con un brillo en su mirada.
"¡Me encantaría!" - exclamó Frisk.
A partir de ahí, empezaron a jugar un juego de preguntas y respuestas. Sin duda, fue beneficioso para ambos.
"Si respondes bien, voy a dejar que elijas el próximo movimiento. Si fallas, te haré un chiste por cada error que cometas. ¡Eso es un trato justo!" - bromeó Sans.
Jugando y riendo, la batalla se convirtió en una experiencia divertida, donde Frisk aprendió a ser más atrevido y Sans reveló su lado más amable.
"¡Esto es genial! Quién iba a decir que combatir sería tan divertido. ¡Gracias, Sans!" - dijo Frisk mientras reía, disfrutando de la nueva amistad que se estaba forjando.
Finalmente, Sans paró y le sonrió.
"Es un buen día, humano. Si alguna vez necesitas ayuda o simplemente quieres jugar, aquí estaré. La amistad es la mejor manera de enfrentar cualquier batalla."
Frisk se despidió feliz, llevando consigo la lección más importante: a veces, el verdadero desafío no está en luchar, sino en construir puentes y amistad, incluso donde uno menos lo espera.
Y así fue como la batalla final contra Sans se convirtió en una celebración de la amistad, una historia que contar y un nuevo lazo entre dos seres tan diferentes. Desde ese día en adelante, no solo fueron conocidos como oponentes, sino como los mejores amigos de un gran mundo que estaba lleno de sorprendentes aventuras.
Y así, a Frisk le quedó claro que la verdadera victoria se encuentra en el entendimiento y el cariño que compartimos con los demás.
FIN.