La Bella Curvy y el Reino de la Diversidad



En un lugar lejano, existía un hermoso reino llamado Curvilandia, donde todos sus habitantes eran diferentes. Había altos y bajos, delgados y robustos, y cada uno tenía su propia belleza que brillaba en la comunidad. Sin embargo, entre todos, había una joven llamada Bella, conocida por su figura curvy y su gran corazón.

Bella amaba las flores y pasaba horas en su jardín. Pero un día, al ver que un grupo de niños jugaba en el parque, escuchó algunos comentarios que la hicieron sentir triste.

"Mirá a Bella, siempre usa esos vestidos tan ajustados y no se da cuenta de que no le quedan bien", dijo uno de los niños.

Bella sintió cómo su corazón se encogía.

"Tal vez no soy lo suficientemente linda para jugar con ellos", murmuró mientras se escondía tras un árbol.

Sin embargo, su abuela, la sabia Frau, que siempre estaba cerca con su sabiduría, la escuchó.

"Querida Bella, la belleza no se mide por las tallas, sino por lo que llevas dentro", le dijo con una sonrisa cálida.

Inspirada por las palabras de su abuela, Bella decidió organizar una fiesta en su jardín para invitar a todos los niños del reino.

"¿Te parece si hago un concurso de disfraces? Así todos pueden mostrar su creatividad y sus personalidades", pensó Bella con entusiasmo.

Al día siguiente, Bella puso manos a la obra. Decoró su jardín con serpentinas y globos de colores, y preparó deliciosos bocados para los invitados. Pero una nube oscura se cernía sobre su ánimo.

"¿Y si nadie puede venir porque piensan que no soy divertida?", se preguntó preocupada.

Pero decidió seguir adelante, y un invitación a otros niños no se hizo esperar.

El gran día llegó, y al abrir la puerta, Bella se sorprendió al ver a todos los niños, incluso aquellos que habían comentado sobre ella. Ellos llevaban sus disfraces, mostrando sus propias singularidades.

"¡Qué sorpresa! ¡Me encanta tu traje, Pedro! Es tan colorido y único", exclamó Bella.

"Gracias, Bella. Y me gusta tu vestido. Siempre se siente la alegría cuando estás cerca", respondió Pedro, sonriendo.

Durante la fiesta, los niños compartieron historias de sus personalidades y sus talentos. Hicieron juegos juntos, tallaron calabazas y pintaron rostros llenos de colores. Bella se sintió más feliz que nunca, ya que cada niño se destacaba por ser quien era.

Sin embargo, a mitad de la fiesta, un niño llamado Nico se sintió fuera de lugar.

"Yo soy más bajito que todos y no sé si puedo divertirlos", se lamentó.

Bella, al escuchar esto, se acercó rápidamente.

"Nico, ¿te gustaría mostrarles tu talento con la guitarra? ¡Tu música hace sonreír a todos!", le dijo.

Nico dudó, pero al ver la mirada alentadora de Bella, decidió probar. Al tomar la guitarra, empezó a tocar una melodía divertida que hizo bailar a todos.

"¡Sos genial, Nico! ¡Tu música hace que la fiesta sea aún mejor!", gritó Bella.

Así, cada niño comenzó a compartir sus talentos, desde las danzas de Clara hasta los dibujos de Martín. Bella se dio cuenta que cada uno era especial en su propia forma.

A medida que se acercaba el final de la fiesta, Bella hizo un anuncio.

"Me gustaría que todos se tomaran de las manos y dijeran juntos: `La belleza está en ser auténticos`", propuso con entusiasmo.

Los niños, llenos de alegría, se unieron y gritaron al unísono, llenando el aire de amor y aceptación.

Desde ese día, Bella no solo fue conocida por su look curvy, sino como la chica que unió a los niños a celebrar su diversidad. En Curvilandia, la belleza se volvió una celebración, y todos aprendieron que lo más importante era ser uno mismo.

Y así, Bella y sus amigos vivieron felices, recordando siempre que la verdadera belleza está en la diversidad y en aceptarse tal como uno es, en compañía de aquellos que nos quieren.

FIN.

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