La Bella Durmiente del Monte
Érase una vez, en un hermoso reino rodeado de montañas y valles, una joven llamada Lila que vivía en una casa al borde del bosque. Lila era conocida por su amabilidad y su risa contagiosa, y todos en la aldea la querían. Sin embargo, había un misterio que los rodeaba: en lo profundo del monte, había una colina cubierta de flores brillantes donde, según la leyenda, una bella durmiente descansaba en un profundo sueño.
Un día, mientras paseaba por el bosque, Lila escuchó un suave lamento que salía de la colina. Intrigada, se acercó y, para su sorpresa, encontró a un pequeño zorro llorando bajo un árbol.
- “¿Por qué lloras, pequeño amigo? ” - le preguntó Lila.
- “Estoy buscando a mi amiga, la Bella Durmiente. Se perdió hace mucho tiempo y no puedo encontrarla.” - sollozó el zorro.
Lila, conmovida por la tristeza del zorro, decidió ayudarlo a encontrar a su amiga. Juntos, se adentraron en el monte y comenzaron su búsqueda.
Al llegar a la colina cubierta de flores, notaron que había un brillo especial en el aire. Las flores, de un dorado resplandor, parecían moverse con la brisa.
- “¿Viste? Este lugar tiene magia. Tal vez aquí podamos despertarla.” - dijo Lila, mirando a su alrededor.
Pero, de repente, un anciano sabio apareció entre los árboles. Era el guardián del monte y llevaba una larga barba blanca.
- “¡Alto! No deben perturbar a la Bella Durmiente. Su sueño es sagrado.” - advirtió el anciano.
- “¡Por favor, señor! Solo queremos ayudar a este pequeño zorro a encontrar a su amiga.” - insistió Lila.
El guardián, viendo la bondad en el corazón de Lila y la tristeza en los ojos del zorro, decidió contarles la historia de la Bella Durmiente.
- “En realidad, ella no está perdida, solo está esperando que alguien le cuente un cuento hermoso para que despierte. Pero los cuentos deben ser sinceros, llenos de amor y bondad.” - explicó el anciano.
Ambos, Lila y el zorro, intercambiaron miradas emocionadas.
- “¡Entonces, contemos un cuento juntos! ” - propuso el zorro.
De esta manera, Lila y el zorro comenzaron a relatar historias sobre la maravilla de la amistad, la valentía y las aventuras compartidas. Hablaban de cómo ayudaban a los demás en la aldea y de los momentos felices que habían vivido.
A medida que sus palabras flotaban en el aire, la colina se iluminó con una luz resplandeciente, y la tierra comenzó a temblar suavemente. De repente, la Bella Durmiente, quien había estado dormida durante siglos, comenzó a desperezarse.
Los ojos de la Bella Durmiente se abrieron, y ella sonrió al ver a sus nuevos amigos.
- “¿Qué ha pasado? ¡Gracias por despertarme! ” - exclamó.
El zorro, emocionado, corrió hacia ella.
- “¡Finalmente, te encontramos! Te extrañé tanto, amiga.”
- “Y yo también, querido zorro. Me hablaron de tu valentía, pero fue el amor en sus corazones lo que realmente me despertó.” - respondió la Bella Durmiente con ternura.
Desde aquel día, Lila, el zorro y la Bella Durmiente se hicieron grandes amigos. Juntos organizaron historias de aventuras para los niños de la aldea, enseñándoles sobre la importancia de la amistad y la bondad. Con el tiempo, el bosque y el mundo del monte se llenaron de alegría y risas.
Y así, Lila había no solo despertado a la Bella Durmiente, sino que también había creado un puente entre dos mundos: la aldea y el bosque mágico. Fin.
FIN.