La Bella Moza y el Misterioso Dragón
Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de frondosos bosques, una bella y graciosa moza llamada Ana. Cada día, Ana marchaba al río a lavar la ropa de su familia.
Un día soleado, mientras colgaba la ropa lavada, un misterioso dragón apareció de la nada y se puso su vestido favorito. - ¡Oh, no, ese es mi vestido favorito! - exclamó Ana sorprendida. El dragón, encantado con la prenda sucia, salió volando hacia el pantano, entre risas y algarabía.
Pero lo que el dragón no sabía era que el vestido no era como cualquier prenda: era radioactivo.
Al sumergirse en el pantano, una gigantesca hormiga lo devoró en un abrir y cerrar de ojos, pero al instante, la hormiga empezó a temblar y a brillar con una luz intensa. La criatura, con gestos de confusión, escupió al dragón, quien salió ileso y desprendiendo un brillo especial. - ¡Gracias, amable hormiga! - dijo el dragón, visiblemente impactado.
- No tenía idea de que mi vestido contenía ese poder. Olvidaré mi amor por la ropa sucia y me dedicaré a cuidar de la naturaleza. Con esa promesa, el dragón y la hormiga se hicieron amigos, mientras Ana observaba asombrada desde lejos.
A partir de ese día, el dragón ayudó a limpiar la contaminación del pantano y a proteger la flora y la fauna.
Ana aprendió que a veces, las cosas inesperadas pueden llevar a grandes cambios para bien, y que la amistad y el cuidado por el medio ambiente son valiosos. Desde entonces, el pueblo y su entorno florecieron gracias a la amistad inesperada entre la moza, el dragón y la hormiga.
FIN.