La belleza de la aceptación



Había una vez en la sabana africana, una zebra muy especial llamada Rayas.

Lo curioso de Rayas era que su cuerpo no era como el de las demás cebras; la mitad de su cuerpo era completamente blanco y la otra mitad estaba cubierta de hermosas rayas negras. Desde que era pequeña, Rayas había sido juzgada por los demás animales de la sabana.

Los leones se burlaban de ella diciendo: "¡Mira esa zebra a medio pintar!", los elefantes murmuraban a sus espaldas diciendo que parecía un error de la naturaleza, y hasta las jirafas, conocidas por su elegancia, se reían cuando pasaba cerca.

A pesar de todo esto, Rayas siempre mantenía una sonrisa en su rostro y trataba de ser amable con todos los animales. Un día, mientras caminaba por la sabana, escuchó sollozos provenientes del río. Se acercó sigilosamente y descubrió a León, el rey de la selva, con lágrimas en los ojos.

"¿Qué te pasa, León? ¿Por qué estás tan triste?", preguntó Rayas con preocupación. León levantó la mirada sorprendido al ver a Rayas acercarse.

Entre sollozos explicó que todos los animales lo temían por ser el más fuerte y feroz, pero en realidad se sentía solo y deseaba tener amigos de verdad. Rayas sintió compasión por León y decidió ayudarlo.

Con ingenio y valentía organizó un gran picnic en la sabana al que invitó a todos los animales sin importar sus diferencias. Los cocodrilos llevaron pescado fresco del río, las avestruces prepararon ensaladas coloridas con frutas tropicales y hasta los monos trajeron postres dulces colgando de las ramas. El evento fue todo un éxito.

Los animales compartieron risas, historias e incluso algunos bailes al ritmo de tambores tribales. León se dio cuenta entonces que no necesitaba infundir miedo para ganarse el respeto y la amistad de los demás.

Al finalizar el día, León se acercó a Rayas con gratitud en sus ojos y le dijo: "Gracias por mostrarme que la verdadera belleza está en aceptarnos unos a otros tal como somos".

Rayas sonrió ampliamente sintiéndose feliz por haber podido hacer una diferencia en la vida del temible León. Desde ese día en adelante, todas las criaturas de la sabana aprendieron a valorar las diferencias entre ellos y celebrarlas como parte importante del maravilloso tapiz natural que formaban juntos.

Y así fue como Rayitas demostró que no importa cómo luzcas por fuera; lo verdaderamente importante es cómo eres por dentro y cómo tratas a los demás. Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡con amor incluido!

FIN.

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