La Belleza de la Amistad



Había una vez un adolescente llamado Lucas, que asistía a la escuela y se sentía muy triste porque no recibía aceptación de sus compañeros.

A pesar de ser amable y tener muchos talentos, su apariencia física no era lo que los demás consideraban —"popular" . Lucas tenía el cabello desordenado y usaba gafas grandes que le cubrían todo el rostro. Además, era un poco llenito y siempre vestía con ropa cómoda pero poco a la moda.

Esto hacía que algunos niños se burlaran de él y lo excluyeran de las actividades escolares. Un día, mientras caminaba por el parque después de clases, Lucas encontró un libro mágico en un banco.

Sin pensarlo dos veces, decidió abrirlo y descubrió una página especial con un hechizo para cambiar su aspecto físico. Intrigado por la posibilidad de ser aceptado por sus compañeros, Lucas pronunció las palabras del hechizo en voz baja.

De repente, sintió una extraña sensación recorriendo su cuerpo y cuando miró al espejo más cercano ¡no podía creer lo que veía! Su cabello ahora estaba ordenado y brillante, sus gafas habían desaparecido dejando unos ojos hermosos al descubierto.

Además, había perdido peso sin perder su encanto natural. Al día siguiente en la escuela todos quedaron sorprendidos con el cambio radical en Lucas. Los niños que antes se burlaban ahora lo miraban con admiración e incluso querían ser amigos suyos.

Lucas disfrutaba del nuevo trato que recibía; sin embargo, pronto se dio cuenta de algo importante. A pesar de su apariencia física mejorada, no se sentía completamente feliz.

Sabía que la verdadera amistad y aceptación debían basarse en algo más profundo que el aspecto externo. Un día, Lucas decidió hablar con sus compañeros y les contó sobre el hechizo del libro mágico.

Les explicó cómo se había sentido cuando lo excluían por su apariencia anterior y cómo eso le había hecho sentir muy triste. Para sorpresa de Lucas, algunos niños admitieron haberse sentido mal también en algún momento debido a la forma en que los demás los trataban.

Comenzaron a comprender que todos merecemos ser aceptados tal como somos, sin importar nuestra apariencia física. A partir de ese día, Lucas se convirtió en un defensor de la inclusión y la amistad verdadera. Organizó actividades donde todos podían participar sin importar cómo lucieran o qué talentos tuvieran.

Los cambios positivos ocurrieron gradualmente en la escuela gracias a las acciones de Lucas. Los niños comenzaron a valorar las cualidades internas y descubrieron que cada uno tenía algo especial para ofrecer al grupo.

Lucas aprendió una valiosa lección: no debemos juzgar a alguien solo por su apariencia física, sino por su corazón y personalidad. Todos somos únicos e importantes de diferentes maneras.

Desde aquel día, Lucas fue reconocido como un héroe dentro de su escuela porque enseñó una gran lección sobre la verdadera aceptación y amistad. Y así vivió feliz rodeado de amigos auténticos que lo querían tal como era, sin necesidad de cambiar nada más que sus actitudes hacia los demás.

FIN.

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