La belleza es más que un rostro
En un pequeño pueblo de Argentina había una escuela llamada "El Jardín de los Sueños". Allí, todos los niños y niñas aprendían, jugaban y soñaban. Un día, la escuela recibió a una nueva maestra que era realmente hermosa. Su nombre era Valeria, y tenía una sonrisa que iluminaba la clase y una energía contagiosa que hacía que todos se sintieran felices.
Los chicos estaban fascinados con Valeria, no solo por su belleza, sino también por su manera de enseñar. Un día, mientras estaban en el recreo, Joaquín, un niño muy tímido, comenzó a hablar de la nueva maestra.
"¿Viste lo hermosa que es Valeria? Creo que es la maestra más linda del mundo" - dijo Joaquín con un brillo en los ojos.
"Sí, pero ¿no es más importante lo que enseña?" - contestó su amiga Sofía. "Yo creo que la belleza no lo es todo".
Joaquín frunció el ceño y respondió: "Pero, ¿no es genial tener a alguien tan lindo como maestra?"
Sofía asintió pero agregó: "Sí, pero también tiene que ser buena enseñando".
Los días pasaron y Valeria comenzó a dar clases muy divertidas. Hacía que los niños aprendieran matemáticas jugando y que descubrieran el mundo a través de experimentos. Todos estaban felices, pero Joaquín seguía pensando en la belleza de la maestra.
Un extraño giro ocurrió cuando un día Valeria anunció que iba a organizar una exhibición de talentos. "Quiero que todos muestren algo especial" - les dijo a los estudiantes emocionados.
Joaquín, querido por todos, decidió que iba a hacer un espectáculo de magia. Aunque le tenía mucho miedo a hablar en público, estaba decidido a impresionar a Valeria. Después de un par de días, Joaquín no podía dejar de pensar en su actuación. Sin embargo, había una voz en su interior que le decía: "No puedes hacer esto, todos se reirán de vos".
Mientras tanto, Sofía también estaba preparando su actuación. Quería cantar una hermosa canción que había aprendido en casa. Durante los ensayos, se dio cuenta de que cada vez que Joaquín veía a Valeria, se distraía mucho.
"Joaquín, acordate que la actuación es para mostrar lo que somos, no para impresionar a Valeria. Ella quiere que todos se diviertan y aprendan" - le dijo Sofía tratando de alentarlo. "Si haces lo que realmente te gusta, ella se va a dar cuenta de tu talento".
Finalmente, llegó el día de la exhibición. Todos estaban nerviosos, pero emocionados. Joaquín subió al escenario y miró al público, con Valeria sonriendo desde una esquina.
"Hola a todos, hoy voy a mostrarles un truco de magia" - dijo con una voz temblorosa. Pero cuando empezó a realizar su acto, comenzó a ganar confianza y a dejar de pensar en la mirada de Valeria.
Lo hizo tan bien que al final, todos aplaudieron con fuerza. Valeria lo felicito: "¡Increíble, Joaquín! ¡Eres muy talentoso!"
Joaquín se sintió radiante y, por primera vez, entendió que aquello que había querido mostrar no era sólo para impresionar a su maestra, sino para compartir algo bello con todos.
Finalmente, Sofía también brilló al cantar su canción, y todos se dieron cuenta de que lo más hermoso en esa escuela era la alegría de aprender y compartir talentos.
Ese día, todos los chicos y chicas aprendieron que la belleza puede ser encantadora, pero son las habilidades y la bondad lo que realmente importa. La belleza exterior puede atraer, pero la verdadera belleza está en el corazón y en lo que compartimos con los demás.
FIN.